“Una sentencia de muerte para mis hijos”: hondureña clama por no ser deportada de EE.UU. para salvar a su familia
En las plataformas digitales circula un video donde una hondureña clama a las autoridades migratorias para no ser deportada, argumentando que dos de sus hijos padecen enfermedades graves que requieren atención médica especializada.
“Estoy aquí por el bienestar de mis hijos, que tengan compasión de mí, por favor”, implora María Gómez, una madre hondureña cuya historia ha estremecido a la comunidad migrante luego de que su caso fuera expuesto por Noticias Telemundo.
Su súplica no es por ella, sino por la vida de sus dos hijos menores, quienes sufren una enfermedad sanguínea severa que requiere atención médica continua y especializada, la cual sería imposible de recibir en Honduras.
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Hondureña clama por no ser deportada
María lleva más de una década viviendo en Estados Unidos, país al que llegó buscando una vida mejor. En territorio estadounidense nacieron sus cuatro hijos, pero ahora su permanencia pende de un hilo.
El jueves pasado, durante una cita rutinaria con el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE), las autoridades le colocaron un grillete electrónico. “Hay personas malas que deberían tener esto y yo no, pero por seguir la ley me toca. No hay opción”, expresó entre lágrimas a la cadena televisiva.
El mayor temor de María es que la deportación implique una condena a muerte para sus pequeños. Su hijo mayor, de 10 años, y su bebé de apenas 9 meses necesitan atención médica que en Honduras no está disponible.
«Si me deportan, tendría que viajar ocho horas en carro para llegar a un hospital, y si algo pasa, podrían desangrarse por dentro», relató con la voz quebrada. En su país natal, ni el sistema de salud ni su condición económica le permitirían garantizarles el tratamiento vital que actualmente reciben.
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Apoyo legal y espiritual
La abogada Alexandra Goncalves Peña, directora de servicios legales del Inmigrant Rights Program, ha tomado el caso de María y califica su situación como un claro ejemplo de trato inhumano.
En medio del dolor, María cuenta también con el respaldo espiritual del padre Fabián Arias, quien ha estado a su lado durante este duro proceso.
María Gómez no ha perdido la fe. Sabe que su batalla es cuesta arriba, pero continúa aferrada a la esperanza de que las autoridades migratorias comprendan la gravedad del caso y le permitan quedarse en el país que sus hijos conocen como hogar.
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