¿Qué es la Ley de Insurrección en EE. UU. y cuándo se aplica?
La Ley de Insurrección, vigente desde 1807, sigue siendo una de las herramientas más poderosas y controvertidas en manos del presidente de los Estados Unidos.
Esta norma federal permite al mandatario desplegar fuerzas militares dentro del país en casos extremos de desorden civil, insurrección o incapacidad estatal para mantener la ley y el orden.
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La ley está codificada en el Título 10 del Código de los EE. UU., Secciones 251 a 255, y se activa únicamente por orden presidencial. Aunque rara vez se invoca, su existencia cobra relevancia cada vez que el país enfrenta disturbios masivos o amenazas a su estabilidad interna.
¿Cuándo puede activarse esta ley?
Existen tres escenarios clave que justifican su uso:
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Levantamientos o insurrecciones violentas: Cuando grupos internos protagonizan actos que desafían la autoridad del Estado o atentan contra la seguridad pública.
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Fallo de las autoridades estatales: Si un gobierno estatal no puede contener una crisis por falta de recursos, fuerza o control el presidente puede intervenir sin necesidad de autorización local.
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Violaciones generalizadas del orden público: En situaciones de caos extremo, como protestas que derivan en violencia masiva, saqueos o destrucción generalizada.
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A lo largo de la historia, esta legislación ha sido invocada en momentos cruciales:
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Siglo XIX: El presidente Andrew Jackson la utilizó para reprimir rebeliones y reforzar la autoridad federal.
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Reconstrucción tras la Guerra Civil: Se recurrió a la ley para controlar los estados del sur, profundamente divididos y violentos tras el conflicto.
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Disturbios de Los Ángeles en 1992: Luego del polémico veredicto que absolvió a policías acusados de agredir a Rodney King, el presidente George H. W. Bush desplegó tropas federales para restablecer la calma.
El uso de la Ley de Insurrección genera intensos debates. Mientras algunos defienden su aplicación como mecanismo necesario en situaciones extremas, otros advierten sobre el riesgo de militarizar conflictos civiles y de que el poder presidencial se ejerza sin suficientes contrapesos.
La ley no requiere la aprobación del Congreso para su activación, lo que concentra la decisión en manos del presidente, alimentando preocupaciones sobre su posible uso con fines políticos o represivos.
Respuesta de Donald Trump
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, expresó en las últimas horas, que las tropas enviadas a Los Ángeles garantizarían “una ley y un orden muy fuertes”, aunque pareció dejar la puerta abierta para desplegar soldados en otras ciudades. Además, denunció las protestas como “turbas violentas e insurrectas” y ha asegurado que “se restablecerá el orden, se expulsará a los ilegales y se liberará a Los Ángeles”.
“Estos disturbios ilegales solo refuerzan nuestra determinación”, ha asegurado Trump en una publicación en Truth Social en la que ha ordenado a la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, al secretario de Defensa, Pete Hegseth, y a la fiscal general, Pam Bondi, “que tomen todas las medidas necesarias para liberar a Los Ángeles de la invasión migratoria y poner fin a estos disturbios migratorios”.