Hoy debutaron las hondureñas Melissa Borjas Pastrana y Shirley Perelló en el evento más importante del fútbol femenino que se desarrolla entre Nueva Zelanda y Australia.
Es bonito decir que nos sentimos orgullosos del projimo sin interés alguno. Es así como la mujer que está involucrada el deporte, ya sea portando un uniforme, realizando labores logísticas o periodísticas debe sentirse orgullosa por lo alcanzado hoy en el Mundial Nueva Zelanda-Australia por Melissa Borjas y Shirley Perelló.
Melissa, estuvo como central. Shirley, como asistente. Este, por si usted no lo sabía, es el tercer mundial consecutivo para las silbantes catrachas. Dato que poco o nada fue resaltado por medios locales. Sea, porque no vende o sea por su frontal enemistad frente a los principales entes deportivos del país y por enemistad, me refiero a decir verdades.
La franqueza, no es algo valorado en estos días. Ni los valores o la disciplina. A Melissa, le ha tocado ser paciente a nivel nacional. Para participar en el torneo de primera división, siempre se convierte en polémica. Aquí, se dan «el lujo» de excluirla. En otros países, a nivel FIFA, ambas son tomadas en cuenta constantemente para formar parte de cuartetas arbitrales.
La ironía se desenreda sola.
Hoy, debutaron en el Mundial para el triunfo de Italia de 1-0 (Cristiana Giarelli 87′) frente a Argentina. Partido correspondiente a la primera jornada del grupo G, y que se jugó en el Eden Park de Auckland ante 30.889 espectadores. Ambas tuvieron una buena presentación y cuando poco se habla del arbitraje, es porque se hicieron las cosas bien.
El arbitraje, no es un área fácil en el fútbol. Mucho menos en el el área local cuando no tenemos una liga de primera división femenina. ¿Falta de iniciativa? ¿No hay mercadeo deportivo? ¿No hay marcas que lo avalen? ¿Por qué la falta de interés? Son algunas de las tantas preguntas que me hago en cuanto a lo logístico y económico. También cuestiono porque le ha tardado tanto a los instituciones (masculinos) de primera división reaccionar y tener sus equipos. Decir presente, hagamos la inversión. Ejemplos claros del éxito del fútbol femenino los encontramos más en Nicaragua, Panamá, Costa Rica y México. Es decir, en nuestra misma área de CONCACAF. En Honduras, se juegan muchas ligas burocráticas, ligas bancarias, jornadas enteras en fútbol rápido y sala a nivel universitario a nivel nacional.
En otras palabras, mercado hay. Lo ausente es la iniciativa y la falta de interés. Para motivarse al cambio, el primer paso es la decisión. Tener visión y comenzar con un proyecto que trabajaría mucho en temas de equidad de género. Algo, que ciertamente nuestro país necesita.
Hace unos días nada más, Beningno Pineda (Vicepresidente de la Comisión Nacional de Arbitraje (CNA)) confirmaba que ellas siempre han sido propuestas para pitar en Liga Nacional y que esperan a su regreso sean tomadas en cuenta. Ocupando un puesto tan importante, supondría mayor autoridad para ratificar que el bueno momento vivido tanto en Copa Oro como en el Mundial Femenino 2023, les permitiría tener mayor participación en el torneo local. Bueno, al menos es mi perspectiva.
Hoy, una vez más Melissa y Shirley demuestran que están hechas para lo más grande en el fútbol. Hoy, se convierten en inspiración para muchas mujeres que quieren triunfar en esta rama del fútbol. Una rama noble pero controversial. Ojalá, los siguientes episodios que veamos en esta novela que protagonizada por las árbitras hondureñas y organizaciones del fútbol, nos regalen más que inconformidades. Sino también, resultados con más llamados a torneos internacionales de esta índole.
¿Usted qué opina?