El inicio del año 2025 ha estado marcado por una creciente preocupación nacional ante la alarmante frecuencia de masacres en Honduras. Solo en los primeros meses del año, se han registrado al menos 16 episodios violentos de esta naturaleza, con un saldo luctuoso de al menos 56 víctimas mortales.

Esta cifra no solo enciende las alertas de las autoridades, sino que ha motivado a expertos en criminología y seguridad a pronunciarse.

Lea También: Detienen a hombre en San Pedro Sula por supuestamente llevarse a su novia menor de edad

La violencia, según explican especialistas, va más allá de simples estadísticas: refleja fallas estructurales en los mecanismos de prevención del delito y una degradación progresiva de la convivencia social. El criminólogo Wilfredo Rubio enfatiza la necesidad urgente de fortalecer la inteligencia policial.

“La respuesta no puede seguir siendo reactiva. Necesitamos un modelo de investigación proactiva, permanente, con estrategias que se asemejen a un estado de guerra”, puntualizó.

Desde la Policía Nacional, se identifican dos factores principales detrás de los homicidios múltiples: el narcotráfico y los conflictos pasionales. No obstante, también se apunta al actual marco legal como un catalizador de la violencia. Miguel Martínez Madrid, vocero de la institución, criticó «permisividad» Código Penal vigente: “Este instrumento legal ofrece ventajas al narcotraficante y limita nuestras posibilidades de actuar con eficacia. Es corresponsable del deterioro de la seguridad”.

El patrón de las masacres recientes también revela una dinámica particularmente atroz: en muchos casos, las víctimas pertenecen al mismo grupo familiar, lo que refuerza la percepción de una sociedad fragmentada y cada vez más propensa a resolver conflictos de forma extrema.

Para el analista Edgardo Mejía, se trata de una señal clara de descomposición social. “Es una descomposición social y una falta de sana convivencia, porque se están matando hasta dentro de núcleos familiares por cosas tan sencillas en el ámbito académico y jurídico”, lamentó.

Lea También: Así eran los jóvenes que encontraron sin vida dentro de una camioneta en La Lima

En este contexto, expertos coinciden en que la solución no puede centrarse únicamente en acciones represivas. Proponen una estrategia integral que aborde también el fortalecimiento de valores, la educación en resolución de conflictos y una reforma urgente al marco penal.