Una profunda crisis y un ambiente de incertidumbre primó en el servicio fúnebre del expresidente de Haití, Jovenel Moise, cuyo sepelio estuvo manchado por una jornada de violentas protestas que provocaron un clima de tensión en cap haitien, ciudad donde se llevó a cabo la ceremonia.
El último adiós al ex mandatario estaba programado para que se desarrollara en carácter privado en la residencia de la familia donde se presentó la viuda, Martine Moise quien elevó sus exigencias de justicia al tiempo de protagonizar escenas de dolor, al igual que muchos asistentes que se concentraron alrededor del ataúd que estuvo escoltado por varios cadetes.
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Durante la misa se pudieron escuchar gritos provenientes de las protestas y enfrentamientos que orillaron a las autoridades a someter con gases lacrimógenos por lo que algunos presentes huyeron del funeral.
Es importante mencionar que, los manifestantes criticaron al jefe de la policía, León Charles, a quien acusaron de asesino, y de acuerdo a un diario estadounidense, la madrugada del 7 julio el presidente Moise llamó en varias ocasiones a los agentes policiales a quienes advirtió de lo que sucedía, pero no acudieron en su ayuda.
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Jovenel Moise murió luego de ser torturado por varios minutos y las investigaciones apuntan a mercenarios colombianos y funcionarios de la nación caribeña.
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