En la previa del crucial partido de vuelta contra Bermudas, la Selección de Honduras y su técnico, Reinaldo Rueda, reflexionan sobre la situación anímica del equipo y las dificultades enfrentadas en el primer duelo. La conferencia de prensa dejó frases contundentes y un llamado a la calma para los aficionados.

CONFERENCIA DE PRENSA

Luego del compromiso ante Bermudas en la ida, ¿Cómo llegamos en lo anímico?

«Es la exigencia, el compromiso de toda la Selección Nacional. Se ha hecho una retroalimentación, identificamos los errores que cometimos tanto ofensiva como defensivamente. Lo que queda es la reflexión para toda la sociedad futbolística hondureña. Ustedes, los medios, son determinantes con la opinión pública: ¿Dónde está Honduras? ¿Qué pasa?».

«Al final del partido todos los jugadores estaban amargados y tristes. El camerino parecía una sala funeraria. Somos desagradecidos, tenemos que pedirle perdón a Dios. Estábamos de visitantes, en una plaza difícil contra una selección con sus bondades, ganamos 5-3, hicimos cinco goles, sumamos tres puntos, pero estamos amargados. Esa es la sensación que los medios transmitieron».

El desgaste tras el primer partido del repechaje

«Son cosas que estamos trabajando con los médicos y terapeutas. Afortunadamente, no hay lesiones graves, solo contusiones. La noche fue corta, nos fuimos a las 2:00 AM y el viaje fue desgastante. Hoy habrá un entrenamiento más real de cara a mañana. Bermudas es una selección que nos puede hacer daño, que no tiene nada que perder. Es un partido difícil y hay que jugarlo con inteligencia»..

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¿Qué mensaje nos manda para que tengamos calma?

«La única solución es ganar, recuperar la credibilidad. Hay que resetear esa parte y ganar cinco, seis, siete partidos al hilo. Solo así la gente volverá a creer en nosotros. No solo en la selección, sino en la Liga Nacional. A pesar de los problemas sociales del país, la confianza se recupera clasificando al Mundial».

¿Qué se está haciendo para corregir los errores?

«Cuando era niño vivía en una casa familiar con vecinos problemáticos. Cuando ves a alguien haciendo desorden, solo miramos a los cuatro que están involucrados. Así pasa en el fútbol, identificamos los errores y trabajamos para corregirlos».

¿Cuánto tiempo le puede llevar a estos jugadores recuperar la confianza?

«Es difícil porque todos han sufrido. Ayer revisamos y varios han jugado tres clasificatorias. Andy Najar es el único mundialista. Él sabe lo que es la élite. Solo ganando se recupera la confianza, la credibilidad en el trabajo y la autoestima».

¿La defensa es el talón de Aquiles de Honduras?

«La Selección es diferente a los clubes. Hemos tenido problemas con las lesiones. Actualmente acumulamos seis bajas. El año pasado perdimos cuatro jugadores por lesión y dos por sanción. Ahora tenemos alerta roja para la Copa Oro con Kervin Arriaga, Andy Najar, Joseph Rosales, David Ruiz y Bryan Acosta. La interrogante es si traerlos a la Copa Oro, pues regresarían en agosto sin haber hecho vacaciones ni pretemporada».

Nos llevamos la victoria contra Bermudas, pero ¿estos jugadores pueden mostrar una mejor versión?

«Sí, tienen una mejor versión. Yo les presento el equipo con el que jugamos el primer y segundo tiempo contra México y Bermudas. ¿Me van a decir que son los mismos jugadores? Bermudas tiene un buen equipo, jugamos en mediocampo y ellos aprovecharon bien la transición larga».

La sorpresa no existe en nuestra Liga Nacional, ¿Cómo trabaja Reinaldo Rueda con la Selección de Honduras?

«La sorpresa va en la lectura del juego. Andy Najar quiso meter dos diagonales cuando perdíamos 0-1 y perdió el balón. Hay que jugar con inteligencia y confianza. La sorpresa es el jugador sin balón, aquí los tenemos, pero debemos trabajar más».

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Tenemos tres problemas: falta de recambios, calendario de Liga Nacional y lesiones. ¿La oportunidad está en la Copa Oro?

«Usted me dio la respuesta. Cuando no pongo a los consolidados, hay críticas. Pero, ¿Cuándo van a jugar los nuevos?, ¿Cuándo tomarán ese rol? Se tienen que consolidar».

Con la vuelta ante Bermudas a la vuelta de la esquina, Rueda y la H tienen claro su objetivo: ganar y recuperar la confianza perdida. El camino hacia la clasificación sigue abierto, pero la presión es más fuerte que nunca.