El envejecimiento es un proceso biológico inevitable que afecta a todos los seres vivos, pero ¿podemos hacer algo para retrasarlo?.
Existe una serie de alteraciones que actúan sobre nuestros sistemas metabólicos, hormonales y neurotransmisores, moléculas complejas que finalmente conducen a la obsolescencia biológica.
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No hay que comer en exceso para vivir 100 años, como comenta este especialista en medicina antienvejecimiento, cuanto más comamos, más errores de alimentación podemos cometer y dañar nuestro organismo. Por eso, aboga por una dieta adecuada a nuestras necesidades reales, según nuestra actividad y requerimientos nutricionales.
Como explica, hay que apostar por los alimentos ricos en antioxidantes, vitaminas y minerales, ya que son fundamentales para mantener un buen estado de salud. Nos recuerda que en la dieta mediterránea están incluidos todos los alimentos que necesitamos, fundamentalmente, frutas, verduras, hortalizas, legumbres, cereales integrales y semillas.
Mantenerse activo físicamente es fundamental para prolongar la vida y retrasar el envejecimiento, el ejercicio cardiovascular, como caminar, correr, nadar o practicar deportes, fortalece el corazón y mejora la circulación sanguínea. Además, ayuda a controlar el peso corporal y disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y metabólicas.
Por otro lado, el ejercicio de fuerza, como levantar pesas o hacer ejercicios de resistencia, ayuda a mantener la masa muscular y la densidad ósea, lo que es especialmente importante a medida que envejecemos y perdemos masa muscular y densidad ósea.
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El estrés es un factor que puede afectar negativamente nuestra salud y acelerar el envejecimiento, es importante aprender a gestionar el estrés de manera adecuada.
El sueño es un pilar fundamental para la salud y el bienestar, así como para retrasar el envejecimiento, durante el sueño, el cuerpo se repara y se regenera, y el cerebro procesa la información del día.
Dormir de 40 a 50 horas a la semana es esencial para mantener un equilibrio físico y mental. Durante el sueño profundo, se liberan hormonas que favorecen la reparación celular y la regeneración de tejidos, lo que contribuye a una piel más saludable y un cuerpo más rejuvenecido.
La importancia de un microbiota equilibrado en nuestro segundo cerebro (el intestino) es cada vez más reconocida, el microbiota es una comunidad de microorganismos que viven en nuestro tracto gastrointestinal y juega un papel crucial en diversos procesos fisiológicos.
A medida que envejecemos, nuestros niveles hormonales cambian. Las hormonas son responsables de regular una gran cantidad de procesos en nuestro cuerpo, como el metabolismo, el estado de ánimo, la libido y el sueño, entre otros. Un desequilibrio hormonal puede afectar negativamente nuestra salud y acelerar el envejecimiento.
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Como vemos, aunque el envejecimiento es inevitable, podemos influir en cómo lo experimentamos y retrasar sus efectos a través de hábitos saludables. Siguiendo estas siete claves, es posible mejorar la calidad y esperanza de vida, disfrutando de una vejez más activa y plena. Si bien alcanzar los 100 años puede parecer un reto para nuestra generación, es probable que las futuras generaciones lo logren gracias a la aplicación de estos principios y los avances médicos.
La clave está en mantener un equilibrio entre cuerpo, mente y emociones para disfrutar al máximo de cada etapa de la vida.
¿Usted qué opina?