Una joven hija de pastores ha causado revuelo en redes sociales tras compartir su experiencia personal con la iglesia, resaltando que hay que aprender a diferenciar entre la vida de los predicadores y sus hijos.

Sus palabras, que algunos han aplaudido y otros duramente criticado, abrieron un debate sobre las expectativas que se imponen en las iglesias y en la sociedad en general a los hijos de líderes religiosos.

“Ellos son pastores, yo no soy pastora, yo soy su hija y ellos entendieron eso muy bien”, comenzó diciendo en su testimonio. Según explicó, sus padres nunca la obligaron a asistir todos los días a la iglesia, lo que le permitió desarrollar una fe propia y sin resentimientos.

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“Eso hicieron muy bien, que nunca me obligaron a tener que estar martes, lunes, miércoles, todos los días en la iglesia y eso, nunca agarré un rencor, ni un, ya no quiero estar más en la iglesia”, aclaró.

«En la iglesia soy algo y en mi casa soy otra cosa»

Sus declaraciones se volvieron virales especialmente cuando abordó el rechazo que muchos adolescentes sienten hacia la iglesia. “Capaz porque no sienten que es un ambiente cómodo, capaz no tienen amigos o capaz es un lugar donde no pueden conseguir amigos, es como, hay muchas cosas que tienen que ver ahí y también”, expresó.

Sin embargo, la frase que más generó controversia fue su reflexión sobre la incoherencia entre lo que se predica y lo que se vive en casa. “Si en la casa no se vive un ambiente diferente, como en la iglesia soy algo y en mi casa soy otra cosa, creo que eso también crea como un rechazo hacia la iglesia”, afirmó.

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Reacción en los comentarios

Por lo tanto, los internautas en internet, al escuchar el testimonio de la joven, comentaron: “La religión es una farsa, siempre serán lobos vestidos de oveja, acomodan la palabra para manipular los borregos”, «Tú lo que estás es viviendo del sudor y trabajo de los demás que tu papá los atraca con palabras de la Biblia”.

También, “La transformación del hombre a Cristo no se basa en el vestido, sino en la del corazón, llenarlo del amor de Cristo. Para que puedas amar a Jesucristo, Dios Todopoderoso, y a tus prójimos como a ti mismo”.

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