Honduras escaló ligeramente en el ranking global de libertad de prensa 2025 publicado por Reporteros Sin Fronteras (RSF), ubicándose en la posición 142 de 180 países evaluados.

Aunque representa una leve mejora respecto al año anterior, el país continúa siendo uno de los entornos más adversos para el ejercicio periodístico en Centroamérica.

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El informe de RSF advierte que en Honduras persisten condiciones estructurales que dificultan seriamente la labor de los comunicadores.

Entre los principales obstáculos se señalan la concentración de medios, la falta de transparencia estatal y el temor constante a represalias legales o físicas, lo que ha convertido a la autocensura en una práctica extendida.

“En entornos hostiles, la autocensura se convierte en un reflejo de supervivencia”, sostiene el informe, que también resalta cómo la falta de recursos obliga a muchos medios a replicar boletines oficiales o alinearse con agendas políticas o empresariales, debilitando así su independencia editorial.

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En el contexto regional, Nicaragua figura entre los peores evaluados, ocupando el puesto 172, mientras Costa Rica, pese a caer diez posiciones, se mantiene como el país centroamericano con mayor libertad de prensa, situándose en el lugar 36 a nivel global.

La dimensión económica también fue destacada por RSF como un factor crítico que afecta la libertad de prensa en América. En 22 de los 28 países evaluados en el continente, este indicador mostró retrocesos. Honduras no fue la excepción.

Según el informe, el colapso de los modelos tradicionales de financiamiento, la migración de ingresos publicitarios hacia plataformas digitales extranjeras y la precarización laboral están empujando a muchos medios locales al borde del colapso.

“Muchos medios están a la deriva, reducidos a estructuras mínimas o entregados a intereses privados. El debilitamiento económico es también un debilitamiento democrático”, advierte RSF.

A pesar del leve avance en el ranking, el panorama para la prensa hondureña sigue siendo preocupante. La mejora en las cifras no logra ocultar una realidad en la que ejercer el periodismo implica enfrentar numerosos riesgos y limitaciones.