Un adolescente de 15 años confesó haber matado a su novia luego de que ella le dijera que estaba embarazada. El crimen ocurrió en la comunidad de El Trapichito, Lamaní, en la zona central de Honduras, y ha conmocionado a la población por la crudeza de los hechos y la corta edad de los involucrados.

La víctima, Dulce María García, tenía 13 años. Según el informe preliminar, la pareja discutió acaloradamente antes del ataque. Durante el altercado, el joven tomó un arma blanca y la agredió hasta causarle la muerte. Después del crimen, huyó del lugar e intentó esconderse en la colonia Las Américas, en Siguatepeque.

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Miembros de la Policía Nacional lo localizaron horas más tarde, tras recibir información proporcionada por un familiar del menor, a quien este le confesó lo ocurrido. Los agentes lo detuvieron y lo trasladaron bajo custodia a las instalaciones de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI), donde el caso quedó en manos del Ministerio Público.

Las autoridades imputaron al adolescente por el delito de femicidio y ya iniciaron un proceso judicial conforme a la Ley de Justicia Penal Juvenil. El menor permanece en un centro de detención especializado mientras se desarrollan las investigaciones.

El asesinato ha despertado una profunda preocupación en la comunidad, donde vecinos y líderes locales exigieron mayor atención a la violencia que enfrentan las adolescentes. También reclamaron más programas de prevención y educación sexual para jóvenes.

El crimen reaviva la alarma por el femicidio y la violencia juvenil en Honduras

En paralelo, el Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) informó que más de 60 mujeres han muerto de forma violenta durante los primeros tres meses del año. Las cifras ubican a Honduras entre los países con las tasas más altas de femicidio en América Latina.

Este caso se suma a una serie de hechos recientes que involucran a menores en actos violentos. La semana pasada, las autoridades detuvieron a otro adolescente por la muerte de su hermano de 14 años, ocurrida en el oriente del país. En un inicio, los familiares reportaron el hecho como un accidente con arma de fuego, pero la investigación reveló elementos que apuntan a un homicidio.

Organizaciones feministas y defensoras de la niñez han pedido al Estado un abordaje integral para estos casos, donde se mezclan violencia de género, falta de educación, abandono familiar y acceso sin control a armas.