Desde grandes heladas hasta terremotos y hambruna provocaría un peculiar fenómeno que, durante los últimos años, disminuyó la actividad solar en el centro de la Tierra.
En ese sentido, los investigadores aseguran que el Sol entró a su «fase de encierro», ya que aún no se presentan un número convincente de manchas solares que cercioren una ideal actividad magnética de la gran estrella.
Ante esta situación, el campo magnético se debilita y permite rayos cósmicos adicionales en el sistema solar.
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Cabe destacar que, un exceso de rayos cósmicos daña la salud de astronautas y viajeros polares, debido a la electroquímica de la atmósfera superior de la tierra que logra el desencadenamiento de más rayos.
Según la NASA, el próximo ciclo solar será el más débil de los últimos 200 años.
De la misma manera, el 2020 ya es el segundo año consecutivo que presentan un bajo número de manchas solares.
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