Mientras muchos disfrutaban de la Semana Santa en actividades religiosas y de descanso, en el occidente de Honduras se ejecutaba un operativo que terminó con la detención de una pareja señalada al delito de extorsión.

La acción fue realizada por la Dirección Policial Anti Maras y Pandillas Contra el Crimen Organizado (DIPAMPCO), en el municipio de Las Flores, departamento de Lempira.

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Los detenidos fueron identificados como Lesly Paz Murcia Torres, alias “La Bella”, y Wilmer Wilfredo Funes Sierra, alias “La Bestia”, ambos presuntos integrantes activos de la temida banda criminal “Los Olanchanos”.

Según el informe policial, el arresto ocurrió tras una entrega vigilada en la calle principal de Las Flores. Durante la operación, se les decomisó una cantidad significativa de dinero en efectivo, presuntamente producto de la extorsión, así como un arma de fuego tipo pistola con un proveedor metálico y siete cartuchos sin percutir.

Investigaciones preliminares indican que “La Bestia” desempeñaba el rol de gatillero dentro de la banda, siendo el encargado de ejecutar atentados armados contra víctimas. Por su parte, “La Bella” era considerada la administradora del grupo, con la responsabilidad de recolectar el dinero proveniente de las extorsiones impuestas a comerciantes y transportistas.

Ambos fueron remitidos a la Fiscalía Especial Contra el Crimen Organizado (FESCCO), donde enfrentarán cargos por extorsión, portación ilegal de arma y asociación ilícita.

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Extorsión en Honduras

La extorsión sigue siendo uno de los delitos más extendidos y temidos en Honduras, especialmente en zonas urbanas y rurales con limitada presencia del Estado. Comerciantes, conductores de autobuses y emprendedores son víctimas constantes de amenazas, cobros ilegales y violencia por parte de estructuras criminales.

A pesar de los esfuerzos de las autoridades por contener este flagelo, muchas víctimas prefieren guardar silencio por temor a represalias. En algunos municipios, las bandas han instalado verdaderos sistemas de cobro paralelos que operan a plena luz del día, lo que ha obligado a muchos a cerrar negocios o emigrar.