El sistema de salud de Honduras ha confirmado el primer deceso relacionado con una infección causada por el gusano barrenador.

La víctima, un hombre de 40 años, desarrolló una severa sepsis tras contraer la infección, lo que finalmente desencadenó su fallecimiento, según confirmó este miércoles el subsecretario de Salud, Brian Erazo.

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La sepsis, una respuesta inmunitaria extrema a una infección, ocurre cuando los gérmenes ingresan al torrente sanguíneo, afectando múltiples órganos y comprometiendo la vida del paciente. Este incidente está vinculado al contacto con animales infectados, pues se trata de una enfermedad zoonótica.

La situación ha puesto en alerta a las autoridades sanitarias. Hasta la fecha, se contabilizan alrededor de 21 casos confirmados en humanos, en su mayoría adultos mayores, distribuidos en varios departamentos del país; localizados en la Región Metropolitana del Distrito Central, Atlántida, Gracias a Dios, Lempira, La Paz, Ocotepeque y Yoro. Las autoridades piden a la población acudir al médico ante cualquier herida o lesión cutánea sospechosa.

De forma preventiva, el subsecretario Erazo hizo un llamado especial a los pobladores de Olancho, Choluteca y El Paraíso, regiones con alta actividad ganadera, ya que representan áreas de mayor riesgo. “La primera lesión en nuestro cuerpo debe llevarnos de inmediato al médico”, enfatizó.

Gusano barrenador

El gusano barrenador es la larva de la mosca Cochliomyia hominivorax, una especie parasitaria que deposita sus huevos en heridas abiertas de animales y humanos. Una vez que los huevos eclosionan, las larvas invaden el tejido vivo, alimentándose de él, lo que provoca dolor intenso, inflamación y, si no se trata a tiempo, infecciones severas.

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Los animales suelen infectarse cuando la mosca pone huevos en cortes o heridas sin proteger, especialmente en zonas rurales donde el ganado está expuesto. En el caso de los humanos, el contagio ocurre en circunstancias similares, particularmente en zonas donde el control sanitario y la atención médica son limitados.

Este parásito había sido erradicado en gran parte de Centroamérica gracias a campañas sanitarias sostenidas durante más de 15 años. Sin embargo, su reciente reaparición pone de manifiesto la necesidad de reforzar las estrategias de vigilancia, prevención y control, tanto en el sector ganadero como en el sistema de salud pública.