Tras siete años de esfuerzo, dedicación y múltiples obstáculos, el carpintero hondureño Marlón Martínez ve materializado su sueño: su barco artesanal, bautizado como “Rosalinda” en honor a su esposa, ya flota en las aguas del Golfo de Fonseca.

Barco Roalinda, proyecto, que comenzó como una visión en tierra firme en la colonia Reparto por Arriba de Tegucigalpa, finalmente ha tocado el mar en Coyolito, al sur de Honduras.

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Aunque surgieron algunos inconvenientes durante su lanzamiento, las autoridades locales han aclarado que la embarcación no se hundió, como se ha especulado en redes sociales.

“Hoy tiraron el barco al mar y está flotando. Se han dicho cosas que no son ciertas, pero yo lo vi personalmente”, aseguró el alcalde de Amapala, Santos Alberto Cruz, quien además confirmó que se harán algunos ajustes técnicos antes de su primera navegación oficial.

El edil expresó su respaldo total al proyecto de Martínez, reconociendo el enorme sacrificio y la inversión que ha implicado construir el velero.

“Le seguiremos apoyando. Vamos a comunicarnos con la Marina Mercante para ver de qué manera podemos ayudar a que este sueño navegue con éxito”, declaró.

Martínez enfrentó múltiples retos logísticos para trasladar la embarcación desde la capital al litoral pacífico, entre ellos, las angostas calles y el cableado eléctrico de Tegucigalpa, que retrasaron el proceso por meses.

Sin embargo, el primer barco capitalino artesanal ya reposa sobre el mar, marcando un hito en la historia náutica del país y demostrando que los sueños, incluso los más ambiciosos, pueden hacerse realidad con perseverancia.

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“Una cosa es tener el velero en tierra y otra verlo flotar en el agua. Ya está aquí, y eso es un logro inmenso”, concluyó el alcalde.