La posibilidad de un aumento en las deportaciones de hondureños desde Estados Unidos ha generado preocupación en el país, especialmente tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.

El presidente estadounidense ha dejado claro que su gobierno aplicará medidas drásticas para deportar a migrantes indocumentados, lo que pone en riesgo a más de un millón de hondureños que residen en ese país.

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En medio de este escenario incierto, surgen importantes interrogantes sobre cómo debería prepararse Honduras ante la posible repatriación masiva de sus ciudadanos. Si bien el futuro de estas deportaciones sigue siendo incierto, los expertos ya señalan la necesidad de un plan integral que contemple tanto la atención inmediata de los retornados como estrategias de largo plazo para garantizar su reintegración en la sociedad.

César Ramos, experto y analista, ha subrayado que las autoridades hondureñas deben actuar con urgencia. En sus declaraciones, indicó que el país no está preparado para enfrentar un escenario de deportaciones masivas.

“Lamentablemente, yo diría que no. Esto es una emergencia”, afirmó Ramos, haciendo hincapié en la necesidad de tratar este tema como una crisis humanitaria. De acuerdo con informes de medios estadounidenses, más de 260,000 hondureños estarían en la lista para ser deportados durante la administración de Trump.

A pesar de la incertidumbre, el especialista resaltó la importancia de trabajar en estrategias de prevención a largo plazo. Según Ramos, la migración masiva no es una problemática exclusiva de los Estados Unidos ni del mandato de Trump.

«Creo yo que la atención de los gobiernos debe ser en el origen, porque el origen de que los migrantes se salgan del país no es Donald Trump, son nuestros países y acá es donde nosotros tenemos que prestar atención de qué manera estamos garantizando unas condiciones de vida justas para que la gente no se vaya», explicó, refiriéndose a los factores económicos, sociales y de seguridad.

En este sentido, agregó que el verdadero reto para el gobierno hondureño es garantizar condiciones de vida dignas en el país para frenar el éxodo.

Frente a este panorama, la reintegración de los deportados será otro de los desafíos más grandes. ¿Está Honduras preparada para acoger a miles de ciudadanos que, posiblemente, regresarán a un país que ya enfrenta problemas estructurales?

Según Ramos, el gobierno debe actuar de manera proactiva, garantizando servicios básicos, empleo y seguridad para los retornados. Sin embargo, lamentó la falta de un plan concreto que integre los esfuerzos de los diferentes actores sociales y políticos en el país.

 Mira el video a continuación sobre opinión de masivas deportaciones:

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La clave, conforme al experto, es no solo reaccionar ante la eventualidad de las deportaciones, sino también trabajar de manera preventiva para mejorar las condiciones dentro de Honduras. Sin medidas efectivas, el país seguirá siendo un lugar de partida para los migrantes y, en caso de retornos masivos, un destino con pocas respuestas estructurales.