El Senado de los Estados Unidos confirmó en horas de la noche del lunes al republicano Marco Rubio de manera unánime como el nuevo secretario de Estado de los Estados Unidos.
Rubio, de 53 años, se convierte en el primer hispano en dirigir la diplomacia estadounidense en la nueva administración Trump, que acaba de asumir el 20 de enero para el periodo 2025-2029.
El senador Rubio, desde el 2010, no recibió ningún voto en contra en el Legislativo.
Luego de una carrera en la Cámara Alta que le ha permitido ganarse el respeto de los demócratas y sus colegas.
Confirmación rápida
Gracias a esta votación de parte de sus excompañeros legislativos, el senador Rubio se convierte en el primer miembro del gabinete Trump en ser confirmado sin objeción y ningún voto en contra.
El senador Chuck Schumer, líder de la minoría demócrata, instó a su bancada a votar en defensa de la confirmación de Rubio.
Ya que, «a pesar de nuestras discrepancias», «es lo correcto», mientras rememoró que, horas antes, el Comité de Relaciones Exteriores aprobó su confirmación por unanimidad.
Demócratas advierten que no para todos será igual
Sin embargo, Schumer aclara que no todos los miembros del gabinete de Trump tendrán el mismo apoyo unánime de parte de la bancada demócrata.
La legisladora demócrata Jeanne Shaheen, integrante del Comité de Relaciones Exteriores, afirmó que mantiene una «excelente relación laboral» con el recién nombrado secretario de Estado.
Y ha evidenciado en su audiencia de confirmación «el manejo de los asuntos de política exterior».
¿Cuáles son las posturas de Marco Rubio hacia Latinoamérica y el mundo?
Rubio es visto como un duro en la política exterior y un experto en asuntos internacionales, en particular de Latinoamérica.
En el Senado, ha mantenido una posición en sintonía con China e Irán, y ha manifestado su apoyo a las sanciones contra Venezuela, Cuba y Nicaragua.
En su audiencia de confirmación, el ahora secretario de Estado se mostró dispuesto a buscar un alto al fuego y poner fin a la guerra en Ucrania.
Marco Rubio ganó popularidad en el 2016 cuando aspiraba a ser el candidato presidencial por su partido en los comicios internos en los que salió electo Donald Trump.
Durante la campaña electoral de las últimas elecciones, Rubio se presentó en las encuestas como posible aliado de Donald Trump para la Vicepresidencia.
Pero finalmente fue derrotado por J.D. Vance, actual vicepresidente.
Después de las elecciones, Trump decidió designarlo como secretario de Estado.
Esto fue visto como un gesto de respeto hacia la comunidad latina, que respaldó al republicano en números récord.
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