Una madre y un padrastro logran ser capturados tras ser acusados de poner en riesgo a una menor de 12 años en San Antonio de Oriente, departamento de Francisco Morazán, zona central del país.

Los imputados fueron identificados como Doris Isabel Ochoa de 38 años y Ariel Neptalí Barahona de 31 años.

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Según los reportes preliminares, fueron requeridos después que pesara sobre ellos el señalamiento que grababan videos explícitos de la adolescente desde hace vario tiempo para luego venderlos a compradores en Estados Unidos por 2 mil lempiras.

Por este delicado contenido recibían hasta dos mil dólares y se les acusa de los delitos de elaboración y utilización de pornografía agravada y otras agresiones sexuales, conforme a los datos revelados por la Policía Nacional.

(Fotos: cortesía)

Entorno familiar a veces un riesgo para los menores

Esto pone en evidencia los profundos riesgos a los que pueden estar expuestos los menores dentro de su propio entorno familiar. Este tipo de delito no solo constituye una grave violación a los derechos de la infancia, sino que también deja secuelas emocionales y psicológicas difíciles de superar.

La confianza y protección que deberían ofrecer los adultos cercanos se convierten en herramientas de abuso, lo cual agrava el daño y dificulta la recuperación de la víctima.

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Además del trauma directo, este tipo de explotación expone a la menor a redes criminales y posibles revictimizaciones. El contenido compartido en línea es difícil de eliminar completamente, lo que prolonga el sufrimiento con el paso del tiempo.