El Instituto Nacional Penitenciario (INP) concluye este viernes el traslado de casi 6,000 de reos hacia distintos centros penitenciarios del país. Así lo confirmó Ramiro Fernando Muñoz, presidente de la Comisión Interventora del INP, al detallar que esta acción forma parte de una estrategia nacional para retomar el control del sistema carcelario y reubicar a miembros de pandillas y estructuras del narcotráfico en módulos de máxima seguridad.

Muñoz explicó que la reubicación se lleva a cabo utilizando los nuevos módulos de máxima seguridad, diseñados exclusivamente para albergar a integrantes de maras, pandillas y organizaciones criminales. “Esto es lo que siempre se tuvo que haber hecho”, afirmó.

En ese contexto, el INP también ha iniciado el cierre progresivo de cárceles ubicadas en zonas urbanas. Según detalló Muñoz, estas instalaciones afectan tanto a la población penitenciaria como a los ciudadanos. “Ayer fue La Esperanza, hoy es Trujillo. Se está trasladando a reos hacia La Ceiba y Olanchito. Vamos poco a poco retirando presidios de las urbes”, puntualizó.

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Reorganización basada en la ley y la seguridad

Además, Muñoz señaló que el sistema penitenciario nunca logró una clasificación real de los reos, por lo que el actual proceso de reorganización se basa en criterios legales y de seguridad. En palabras del funcionario: “Aquí la razón no la tienen los privados de libertad, la tienen los 10 millones de hondureños que han sido perjudicados por sus acciones”.

Ante las críticas de organizaciones defensoras de derechos humanos, Muñoz fue contundente: “Si a alguien no le parece, es problema de cada quien. La ley es clara: un privado de libertad debe ir al lugar que le corresponde según su peligrosidad. No estamos haciendo otra cosa que aplicar la ley”.

Funcionarios destituidos por favorecer a internos

Paralelamente, el INP tomó medidas administrativas tras detectar irregularidades internas. Muñoz confirmó la separación de 17 miembros del Comité Técnico Interdisciplinario (CTI), quienes presuntamente concedieron privilegios indebidos a ciertos privados de libertad.

Finalmente, el funcionario aseguró que los centros penitenciarios de máxima seguridad —La Tolva, El Pozo y Támara— ya están listos para recibir a los reos considerados más peligrosos. Solo queda pendiente culminar los módulos de Siria.

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