La depresión tropical Sara causó graves daños en Honduras, afectando a más de 110,889 personas y dejando 10,326 damnificados, según la Secretaría de Gestión de Riesgos y Contingencias (Copeco).

La tormenta ha provocado inundaciones masivas, especialmente en las regiones norte, oriente y sur, donde los ríos han superado sus niveles críticos, anegando comunidades enteras.

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Las autoridades han evacuado a más de 8,400 personas de zonas vulnerables, y 5,057 personas se encuentran refugiadas en albergues habilitados.

Los rescatistas y bomberos han trabajado incansablemente, evacuando a familias atrapadas por el agua, incluyendo a niños y personas mayores, utilizando botes y vehículos todoterreno para llegar a las zonas más afectadas.

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La situación se ha complicado debido a que las precipitaciones continuas aumentan el riesgo de más desbordamientos y deslizamientos de tierra.

Elementos del Cuerpo de Bomberos jugaron un papel funfamental en esta emergencia.

Los rescatistas han logrado salvar vidas en zonas rurales aisladas, donde las autoridades llegaron a pie o en embarcaciones para rescatar a los afectados.

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Uno de los mayores retos ha sido el colapso de puentes y carreteras, que ha dejado a muchas comunidades aisladas y dificultado los esfuerzos de rescate y la distribución de ayuda humanitaria.

Las imágenes de los puentes colapsados y las caravanas de familias evacuadas muestran la magnitud de la crisis.

Las inundaciones han destruido cultivos, carreteras y viviendas, lo que tendrá efectos económicos graves a corto y largo plazo.

Las autoridades continúan trabajando para garantizar que los ciudadanos en zonas de alto riesgo sean evacuados antes de que la situación empeore.