La región sur de Honduras enfrenta una alarmante tasa de enfermos renales, una situación que ha encendido las alarmas entre autoridades locales.

En el caso de Marcovia, el alcalde informó que alrededor de 150 personas padecen esta condición y que en el transcurso del 2024, al menos 42 pacientes perdieron la vida debido a complicaciones renales.

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Especialistas apuntan a la calidad del agua como uno de los factores clave detrás de esta creciente crisis de salud. El ingeniero Guillermo González, experto en el tema, explicó que muchas comunidades en zonas rurales son particularmente vulnerables al consumo de agua no tratada.

Según González, el agua en estas áreas a menudo contiene contaminantes bacteriológicos y químicos, especialmente hierro, un metal presente de manera natural en los yacimientos de agua.

«Cuando los niveles de hierro en el agua superan los límites establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), pueden generar efectos negativos en la salud de los habitantes a largo plazo», señaló el especialista a ONCE NOTICIAS.

El impacto en la salud renal es insidioso, ya que muchas personas consumen esta agua contaminada durante años sin percatarse de los daños. González recalcó que el problema es particularmente grave en áreas fuera de los centros urbanos, donde los sistemas de purificación son insuficientes o inexistentes.

En este contexto, muchos sugieren que la solución pasa por garantizar el acceso a agua potable de calidad, procesada y libre de contaminantes. González también hizo referencia a las normativas internacionales de calidad del agua, como las establecidas en Estados Unidos, que permiten asegurar que el agua que se distribuye cumple con estrictos estándares de seguridad.

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 Reporte sobre enfermos renales en zona sur del país:

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