Todavía existe cierto debate sobre el lavado del pollo antes de cocinarlo, aunque algunos profesionales recomiendan NO hacerlo, ¿por qué razón? Aquí te contamos.

Expertos en salud advierten sobre los riesgos de lavar el pollo antes de cocinarlo, ya que puede aumentar la propagación de bacterias peligrosas como la Campylobacter, según informes de la Agencia de Normas Alimentarias del Reino Unido (FSA).

La Campylobacter, presente en el intestino de aves como el pollo y el pavo, puede causar una serie de enfermedades gastrointestinales en humanos, incluyendo dolor abdominal, diarrea, fiebre, vómitos y deshidratación.

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Guadalupe Blay, del Grupo de trabajo de Endocrinología y Nutrición de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), destaca que al lavar el pollo, se aumenta el riesgo de que la bacteria se propague a través de salpicaduras de agua, contaminando superficies, manos y utensilios de cocina.

Aunque persiste cierto debate sobre esta práctica, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que la Campylobacter es la causa más común de gastroenteritis.

Lavando el pollo, no se eliminan otras bacterias patógenas, y además, se corre el riesgo de propagar la bacteria por toda la cocina y contaminar otros alimentos. Conforme a Cocina Fácil, antes de su venta, el pollo ya suele venir tratado con químicos contra la Salmonella o Campylobacter, lo que es suficiente para garantizar su seguridad alimentaria.

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La mejor manera de evitar enfermedades es cocinar el pollo a una temperatura mínima de 70 °C, ya que la Campylobacter sobrevive hasta los 45 °C.

Es importante no dejar el pollo a temperatura ambiente y menos si está crudo, ya que solo la refrigeración o congelación lo protegerá de bacterias.

Para prevenir la contaminación cruzada, se recomienda lavar las manos y los utensilios que hayan estado en contacto con el pollo crudo.