Un incidente cotidiano se transformó en un giro inesperado para una migrante hondureña radicada en Houston, Texas; lo que parecía ser una simple falla mecánica en su vehículo terminó por convertirse en una experiencia angustiante que la dejó al borde de ser deportada de Estados Unidos.

Mientras conducía por una autopista local, el auto de la hondureña Guadalupe Perdomo comenzó a fallar hasta que repentinamente se incendió. Presa del pánico, como haría cualquier persona ante una emergencia, marcó el 911 buscando asistencia inmediata. Lo que no imaginaba era que esa llamada también encendería una alerta sobre su estatus migratorio.

Lea También: Estados Unidos cambia políticas a migrantes indocumentados para vuelos internos

¿Qué pasó con la hondureña que estuvo a punto de ser deportada en Estados Unidos?

Tras la llegada de los bomberos, que sofocaron el fuego sin mayores contratiempos, un agente del Departamento de Policía de Houston se acercó, ella pensó que recibiría ayuda o apoyo adicional tras el incidente automovilístico, pero en su lugar recibió una impactante noticia: tenía una orden de deportación pendiente.

“Yo solo llamé por ayuda porque mi carro se quemaba. Nunca pensé que terminaría esposada”, relató la migrante a medios locales. A pesar de contar con una licencia de conducir vigente, fue esposada y retenida en una patrulla por más de una hora mientras se confirmaba su situación migratoria.

Una vez verificada su identidad, la policía notificó al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), que se encargó del traslado de la connacional. Posteriormente, pero por la intervención de abogados y organizaciones de defensa de migrantes, logró ser liberada con una cita agendada ante un juez de inmigración.

Ahora, enfrenta una nueva etapa de lucha: convencer a las autoridades migratorias de que merece permanecer en Estados Unidos, un país que considera su hogar. “Solo quiero trabajar, vivir en paz y no tener miedo de pedir ayuda cuando la necesite”, expresó.

Lea También: Donald Trump permitirá el retorno de este tipo de inmigrantes a Estados Unidos

Este caso resalta el delicado equilibrio en que viven miles de migrantes en Estados Unidos, donde una situación de emergencia puede convertirse en un punto de inflexión para su permanencia.

Desde que Donald Trump asumió su segundo mandato como presidente, las políticas migratorias se han endurecido drásticamente. Nuevas órdenes ejecutivas han fortalecido la presencia del ICE y han ampliado los criterios para detener y deportar a migrantes, incluso aquellos sin antecedentes penales.

Organizaciones defensoras de derechos humanos han denunciado que este nuevo enfoque ha sembrado temor entre las comunidades migrantes, quienes ahora evitan incluso contactar a servicios de emergencia por miedo a ser detenidos.