Falta de acuerdo al problema de transporte dejará secuelas profundas en el país

El expresidente del Colegio de Economistas de Honduras en San Pedro Sula, Jorge Interiano, considera que además del perjuicio inmediato que ocasiona el problema actual en el sector transporte, también es que ahuyenta la intención de inversión extranjera.

Mientras más tiempo tarde el desacuerdo entre los transportistas y el gobierno, más profundas serán las secuelas que dejará en la economía del país, manifestó el profesional de la economía. “El problema es internacional, porque mientras no se resuelva esto de la mejor manera la inversión extranjera no viene, entonces no hay más generación de empleo, que es lo que más necesitamos nosotros, para contrarrestar las altas cifras de desempleo que tenemos”, relato Interiano.

Agregó que por la forma parsimoniosa y displicente en que el problema ha sido abordado por ambas partes, da la impresión que están cumpliendo a otros fines que no precisamente los del país.

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“Hay una estrategia de ambas partes en cuanto a darle largas a este asunto, para tratar de llevar la resolución a los intereses de uno u otro”, además puede percibir una estrategia de las recomendadas por el estratega político Maquiavelo, la de dividir para vencer.

“La negociación era entre los transportistas y el gobierno y éste viene y hace una propuesta favoreciendo a los conductores que no estaba eso en la ecuación; entonces eso para poner a los conductores en contra de los patronos; como ocurre con los partidos políticos pero eso pues es la teoría de Maquiavelo, divide y vencerás.

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Esto no hace que seguir creando resentimientos más que los que ya hay en el pueblo, consideró Interiano. “Entonces eso es lo que nuestra gente dirigencial no toma en cuenta, la cuestión está en que los intereses de uno u otro priman antes que los intereses del país, nadie se pone a poner en las posibles consecuencias, que después es tan difícil parar”, advirtió.

De ahí que exhortó a ambas partes a ponerse de acuerdo en un punto y ejemplificó. “Que el gobierno diga ‘yo estoy dispuesto a bajar tanto’, que los transportistas digan, ‘bien yo voy a bajar un lempira’, mientras tanto hagamos ese acuerdo y sigamos negociando, o sea, llevar las negociaciones por partes, pero sin provocar caos de tomas de carreteras y de calles, que eso genera una imagen internacional muy negativa”, afirmó el economista.

Este es un recuento de algunos de los hechos sucedidos producto de la paralización del transporte.

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Y, desde luego al granjearse una mala imagen en el extranjero, las secuelas son; paralización de la inversión, disminución de  las exportaciones, desaceleración del comercio interno, encarecimiento de los productos y aumento del desempleo, advirtió Interiano.