«Si no me casó con vos, me hago cura»: Ella es la mujer que le robó el corazón al papa Francisco
Amalia Damonte fue el primer amor de Jorge Mario Bergoglio, quien más tarde se convertiría en el Papa Francisco, tras su fallecimiento la historia de amor ha revivido.
Antes de que el mundo lo conociera como el Papa Francisco, Jorge Mario Bergoglio fue simplemente Jorge, un niño argentino con sueños, inquietudes y un corazón abierto al amor.
En su infancia, vivida en el tradicional barrio porteño de Flores, compartió más que juegos y tardes soleadas con sus amigos; también vivió un vínculo especial con una vecina llamada Amalia Damonte, la primera persona que despertó en él un amor profundo y sincero.

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Amalia Damonte la joven que enamoró al Papa Francisco
La historia entre Jorge y Amalia comenzó cuando ambos tenían apenas 12 años. Vivían cerca, compartían juegos en el parque y coincidían en valores como la humildad y la preocupación por los más desfavorecidos.
Según ha contado la propia Amalia en entrevistas con medios argentinos, existía entre ellos una conexión especial, una afinidad que iba más allá de la simple amistad.

Foto de Jorge y Amalia
“Era un muchacho grande, maduro, una maravilla de persona”, recuerda Amalia, quien no oculta el cariño que aún guarda por ese niño que se convirtió en uno de los líderes espirituales más influyentes del mundo.
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“Si no te casás conmigo, me hago cura”
La historia dio un giro inesperado cuando Jorge, decidido y lleno de emociones adolescentes, le escribió una carta a Amalia pidiéndole matrimonio.

Amalia Damonte
En su mensaje, que con los años se tornó profético, le dijo: “Si no aceptás casarte conmigo, me voy a hacer cura”.
Aunque la propuesta nació desde la inocencia y el impulso de un joven enamorado, el gesto fue interrumpido bruscamente.
Los padres de Amalia, al leer la carta, consideraron inapropiada la situación y le prohibieron a su hija tener más contacto con él. Así se cerró, de forma inesperada, ese capítulo de amor que marcó profundamente al joven Bergoglio.
Un vínculo que sobrevivió al tiempo
Aunque el contacto físico se rompió en la adolescencia, Jorge y Amalia mantuvieron correspondencia por muchos años. Incluso, según contó Damonte, intercambiaron cartas poco tiempo antes de que él fuera elegido Papa.
La noticia de su elección en 2013 la tomó por sorpresa: “¡No podía creer que Jorge fuera el Papa!”, confesó con una mezcla de asombro y emoción.
El paso del tiempo no logró borrar la huella de ese primer amor. Para Amalia, Jorge siempre fue un ser especial, y para Jorge, aquel vínculo inocente quedó como un recuerdo entrañable que lo acompañó hasta lo más alto del Vaticano.
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