El mundo le dio el último adiós al Papa Francisco, miles de fieles y peregrinos se congregaron para despedir al primer pontífice latinoamericano considerado que brindó una mayor cercanía de la iglesia. Bajo un cielo despejado, la Plaza de San Pedro se llenó de oraciones, lágrimas y cantos, en una ceremonia que fue, al mismo tiempo, solemne y conmovedora.

A pocos días después de su última aparición pública durante la misa de Pascua, Jorge Mario Bergoglio fue despedido por un mar de personas, se estima que llegaron más de 250 mil. Al funeral asistieron mandatarios de todo el mundo —entre ellos Donald Trump, Volodímir Zelenski, los reyes de España, Emmanuel Macron y Javier Milei e incluso la presidenta de Honduras Xiomara Castro— compartieron espacio con los peregrinos.

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La misa de exequias fue presidida por el cardenal Giovanni Battista, quien recordó la vida y el legado del Sumo Pontífice.

“La cultura de la fraternidad”, ese fue el corazón del pontificado de Francisco, resaltó Battista Re. Su voz se alzó en defensa de los marginados, los pobres, los migrantes, los descartados del mundo. De igual forma, describió a Bergoglio como un líder con el corazón abierto a todos y que hizo de la sencillez un acto de revolución espiritual.

Destacó que no buscó gobernar como un monarca, sino caminar junto al pueblo de Dios, llevando esperanza donde había desesperanza, y construyendo puentes en tiempos de división.

Battista sobre Papa Francisco: «Conservó su temperamento y su forma de liderazgo pastoral, y enseguida dio la impronta de su fuerte personalidad en el gobierno de la iglesia, estableciendo un contacto directo con las personas y las poblaciones. Deseoso de estar cerca de todos, con una marcada atención a las personas en dificultad, especialmente por los últimos de la tierra, los marginados. Fue un Papa en medio de la gente, con el corazón abierto a todos».

Battista Re también evocó la elección de Jorge Bergoglio en 2013, resaltando cómo desde aquel primer momento dejó claro su rumbo al elegir el nombre de Francisco, inspirado en San Francisco de Asís. Señaló que el papa no cambió su manera de ser al asumir el cargo: mantuvo su temperamento sencillo, su lenguaje popular cargado de imágenes vívidas, y su atención especial hacia los pobres y los que sufren.

En sus palabras finales, Battista rogó al difunto pontífice: “Te pedimos que reces por nosotros, que bendigas a Roma y al mundo entero, como lo hiciste el pasado domingo desde este balcón, regalándonos un último abrazo lleno de esperanza”.

Cumpliendo sus últimos deseos, fue despedido con un funeral sencillo, “como el de cualquier cristiano”. Tras la ceremonia en San Pedro, el cortejo fúnebre cruzó las calles de Roma en un emotivo recorrido hacia la Basílica de Santa María la Mayor, donde reposará para siempre.

El papamóvil, llevando el féretro de madera clara, avanzó a paso constante mientras centenares se alinearon a lo largo de su trayecto, rezando y arrojando flores.

El ataúd fue colocado entre la Capilla Paulina y la Capilla Sforza, en un gesto final de recogimiento. Sobre el mismo, se imprimieron los sellos del cardenal camarlengo, la Prefectura de la Casa Pontificia y otras autoridades eclesiásticas, como manda el protocolo. Luego, rociado con agua bendita mientras se entonaba el canto del Regina Caeli, el féretro fue sellado bajo una losa de mármol.

¿Quién fue el papa Francisco?

Jorge Mario Bergoglio, conocido como el papa Francisco, nació en Buenos Aires, Argentina, en 1936. Ingresó a la Compañía de Jesús en 1958 y fue ordenado sacerdote en 1969. Desempeñó una destacada labor pastoral como arzobispo de Buenos Aires antes de ser elegido papa en 2013, tras la renuncia de Benedicto XVI.

Primer pontífice latinoamericano y jesuita en la historia de la Iglesia, su papado se centró en la misericordia, la justicia social y el diálogo interreligioso. Amado por su sencillez y cercanía a los más vulnerables, Francisco dejó una profunda huella en la historia contemporánea de la Iglesia católica.