Con ferviente devoción y una fe inquebrantable, cientos de sampedranos se congregaron para revivir la pasión y muerte de Jesús en este Viernes Santo.
Al amanecer, a las 6:00 a.m., comenzó la emotiva procesión del viacrucis, la cual atravesó la primera calle, la avenida Junior y finalmente la siete calle en la capital industrial.
Unidos en el camino de la cruz, personas de todas las edades y familias completas meditaron en cada una de las 14 estaciones, cargadas de mensajes que reflejan la realidad nacional de las familias hondureñas.
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Un llamado al cese de la violencia contra las mujeres, la condena a la situación de la iglesia en Nicaragua, la injusticia social, los altos precios de la canasta básica y la división que los políticos han causado en el país.
En el atrio de la catedral metropolitana San Pedro Apóstol, la primera estación del viacrucis recordó el momento en que Jesús fue condenado a muerte. Allí, los sampedranos rindieron homenaje al monseñor Rolando Álvarez, quien se encuentra encarcelado en Nicaragua.
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Con profunda pasión, el párroco Glenis Mejía comparó el camino de Jesús hacia la cruz con las dificultades que enfrentan los hondureños debido a la migración, el desempleo y la falta de suministros en los hospitales.
En esta emotiva jornada, los sampedranos se unieron en oración y reflexión, llevando en sus corazones las preocupaciones y luchas de su nación, mientras honraban el sacrificio de Jesús en la cruz.
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El denominado “sueño americano” sigue convirtiéndose en una pesadilla para varios compatriotas que en la búsqueda de mejores condiciones de vida encuentran la muerte en el extranjero, como el caso de un hondureño quien presenció el fallecimiento de su padre en las aguas del río Bravo cuando ambos intentaban llegar a los Estados Unidos.
Al hondureño que perdió la vida lo identificaron como, Luis Antonio Fiallos Cárcamo de 53 años de edad, informa un medio local mexicano.
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