“Estaba en el lugar equivocado”, expresó el tío de Franklin Mejía, joven ultimado en San Pedro Sula
Franklin Mejía, un joven albañil de 18 años, se convirtió en una de las víctimas de la masacre que sacudió la colonia Cerrito Lindo de San Pedro Sula el miércoles 19 de marzo.
El ataque que dejó como resultado 4 personas sin vida o más conocidas como masacre ocurrió exactamente en la zona norte de Honduras, en la colonia Cerrito Lindo de la Rivera Hernández de la capital industrial.
Un viaje para recordar a su padre
Según relató su tío, Javier Mejía, Franklin había viajado ese día para visitar a su abuela y limpiar la tumba de su padre, quien cumplía años el jueves siguiente.
«Él se crió ahí desde niño, fue a visitar a la abuela porque al papá lo mataron ahí mismo. dijo su tío.
Además, agregó que el joven no había trabajado el miércoles 19 porque iría a limpiar la tumba de su padre».
Franklin estaba en el lugar equivocado cuando ocurrió el ataque, según explicó su tío, quien no pudo evitar expresar su preocupación por la inseguridad que azota el país.
Así ocurrió la masacre de San Pedro Sula
La masacre tuvo lugar en la tarde del 19 de marzo, en unos apartamentos de la colonia Cerrito Lindo, en la Rivera Hernández.
Según las autoridades, un grupo de hombres vestidos con indumentaria militar llegó en una camioneta sin placas y comenzó a disparar con armas de grueso calibre.
Tres de las víctimas quedaron tendidas fuera de la vivienda, mientras que una mujer, identificada como Iris Yessenia Vázquez Molina, perdió la vida dentro del apartamento.
Las otras víctimas fatales fueron Carlos Darío Chirinos, de 26 años, y Bryan Perdomo, un menor de edad.
Franklin Mejía fue identificado como uno de los fallecidos, y su tío aseguró no conocer a las otras víctimas.
Posible venganza entre maras
La Policía Nacional ha señalado que la principal hipótesis detrás de la masacre está relacionada con un conflicto entre estructuras criminales.
De acuerdo con la información de inteligencia, dos de las víctimas pertenecían a la Mara Salvatrucha (MS-13), lo que hace suponer que el ataque fue una venganza de la Pandilla 18, un grupo rival que opera en la zona.
Selvin Mayes, jefe policial en el norte del país, explicó que los atacantes usaron vestimenta tipo militar, botas y fusiles de alto calibre.
Un aumento alarmante de las masacres en Honduras
Este trágico suceso se suma a un creciente número de masacres en el país.
Con este crimen, ya suman 11 masacres en lo que va del año, dejando al menos 39 víctimas, según el recuento del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (OV-UNAH).