El papa Francisco se fue vestido de rojo: ¿Qué quiso decir el Vaticano con eso?
En la penumbra solemne de la capilla de Santa Marta, el cuerpo del papa Francisco reposa en un ataúd de madera, cubierto por las vestiduras en color rojo que marcarán su último acto como líder de la Iglesia. No es un detalle menor ni una elección de protocolo; el color encierra siglos de significado espiritual, tradición oriental y un mensaje final sobre el sentido del sacrificio.
El rojo, en la liturgia católica, representa la sangre de Cristo, la pasión y el martirio. Es el color que los sacerdotes visten en fechas clave como el Domingo de Ramos o Pentecostés. También es el tono que los papas llevan cuando la Iglesia se despide de ellos. En este rito, no hay espacio para la casualidad.
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Francisco, que rompió moldes desde que asumió el papado en 2013, eligió mantener esa costumbre. A pesar de haber introducido varias reformas en los funerales papales —como eliminar los tres ataúdes tradicionales por uno solo revestido en zinc—, decidió conservar el rojo como emblema de su legado pastoral.
Desde el inicio de su pontificado, Jorge Mario Bergoglio evitó las ostentaciones. Cambió el fastuoso palacio papal por una modesta habitación en la residencia de Santa Marta y caminó con sandalias entre los pobres. Ahora, con su cuerpo cubierto por una sencilla estola y una mitra blanca, su despedida sigue esa misma línea: austera, pero cargada de simbolismo.
El Vaticano, además, confirmó que Francisco será enterrado fuera de la basílica de San Pedro. Eligió como morada final la basílica de Santa María la Mayor, donde tantas veces rezó antes de sus viajes apostólicos. «Franciscus», dice su lápida, sin títulos, sin oropeles, fiel a su estilo hasta el último suspiro.
Más allá de las normas y los rituales, su vestimenta final resume su vida: el rojo de quien está dispuesto a darlo todo, la mitra de quien enseñó con humildad, y el silencio de quien ya no habla, pero sigue diciendo mucho.
Durante más de una década, Francisco desafió los moldes del Vaticano. Habló con claridad sobre el cambio climático, criticó sin rodeos al sistema económico global y puso sobre la mesa temas incómodos para muchos dentro de la Iglesia: los abusos, la migración, la inclusión de las personas LGBT+ y el rol de la mujer.
Fue el primer papa latinoamericano, el primero jesuita y el primero en elegir un nombre inspirado en San Francisco de Asís, símbolo de paz y humildad. Esa visión marcó cada gesto, cada palabra y cada silencio. No fue un papa de mármol: fue un pastor con los pies en la tierra.
#AsuntosCentrales| Imágenes del papa tras su fallecimiento. En las fotografías, tomadas durante el acto de constatación el lunes, el pontífice aparece vestido con una túnica roja y una mitra blanca, con un rosario negro entrelazado en sus manos, símbolo de su devoción mariana. pic.twitter.com/OjdDbeuFrd
— Asuntos Centrales (@AsuntoCentral) April 22, 2025