Las calles de Comayagüela se convirtieron en un lugar de fe y fervor religioso durante la representación de los cuadros vivos del Santo Vía Crucis, organizada por la Iglesia El Calvario.

Esta tradición, profundamente arraigada en la comunidad, atrajo a fieles de todas las edades que, con respeto y devoción, presenciaron uno de los actos más significativos de la Semana Santa.

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Con una puesta en escena que combinó dramatismo y simbolismo, los actores revivieron los últimos momentos de Jesús. Desde la sentencia en el pretorio hasta su crucifixión en el calvario, cada estación del Vía Crucis fue interpretada con precisión, emoción y respeto, reflejando el compromiso de los organizadores y la comunidad en mantener viva esta tradición católica.

El recorrido incluyó la presencia de figuras simbólicas como el mal personificado y los soldados romanos, elementos que reforzaron el dramatismo del acto. Uno de los instantes más impactantes se vivió cuando fue representado el dolor de María ante el cuerpo inerte de su hijo.

La actividad culminó con la exhibición del Cristo yacente, acompañado de oraciones y cantos que invitaron a la meditación y al recogimiento espiritual. Este cierre solemne se convirtió en antesala de la tradicional procesión del Santo Entierro y que marca otro punto alto dentro del calendario litúrgico de la comunidad.

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Más allá de una representación escénica, el Vía Crucis fue una expresión viva de fe que reforzó los lazos comunitarios y espirituales de los presentes.

Momento del Vía Crucis en Comayagüela: