Silencio tras las primarias: ¿ya resolvieron sus conflictos los líderes políticos?
Tras las elecciones primarias del pasado 9 de marzo, un inusual silencio se ha instalado en el panorama político hondureño. A diferencia de procesos anteriores, esta vez no se han escuchado reclamos públicos, ni denuncias de fraude, ni quejas por resultados adversos. Para algunos analistas, esta calma puede tener una explicación política más profunda.
«Y ahora lo que estamos viendo son negociaciones, adhesiones, porque en efecto, no es solamente barrer en las internas y no llegar con candidatos con capacidad de competir, por eso es que estamos viendo este tipo de acercamiento entre partidos a lo interno», manifestó el politólogo, Héctor Soto.
De acuerdo con expertos, la ausencia de confrontaciones y reclamos podría estar relacionada con negociaciones internas en los partidos, donde los precandidatos que no resultaron electos habrían recibido ciertos beneficios a cambio de mantener el silencio o respaldar a los ganadores de las primarias.
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«Seguramente ya los llamaron para darles más subsidio, para pues enchambar a sus parientes que todavía no están enchambados o mejorar los que no están, ¿verdad? Entonces el Partido Libre sí puede repartir canonjías. Yo creo que en el caso del Partido Liberal la unidad pasa por la expectativa de un triunfo y que Salvador Nasrralla pues ofrezca algunos espacios a la gente de los movimientos del Partido Liberal que perdieron», detalló el analista, Edgardo Rodríguez.
Según esta lectura, en el caso del Partido Libre, a algunos perdedores se les habría ofrecido empleo, recursos o apoyo institucional como compensación. En el Partido Liberal, los acuerdos estarían orientados a la promesa de posiciones dentro de una eventual administración. Y en el Partido Nacional, los procesos internos habrían sido resueltos con más discreción.
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Sin embargo, hay quienes advierten que estas prácticas, lejos de fortalecer la democracia interna, la debilitan, ya que algunos líderes participan en las elecciones internas no con la intención de competir, sino de asegurar una cuota de poder. A cambio de los votos obtenidos, luego negocian apoyos y respaldos que muchas veces están alejados del interés común de la ciudadanía.
Aunque la tensión visible ha desaparecido, los analistas coinciden en que este silencio no necesariamente significa unidad o consenso, sino que puede responder a acuerdos políticos cuyo contenido aún se desconoce públicamente.