La esposa de Magdaleno Meza, Erika Bandy, fue una mujer cuya vida estuvo marcada por el constante acecho de la violencia, encontrando un trágico final en un local comercial en San Pedro Sula, Honduras.
Antes de ser asesinada de manera brutal, su historia estuvo entrelazada con los oscuros entramados del narcotráfico, relaciones peligrosas y un sinfín de amenazas que sellaron su destino, según lo relató para Insight Crime.
Lea También: ¿Lo presentía? | Esto reveló Magdaleno Meza a sus abogados antes de su crimen en ‘El Pozo’Su vínculo con Nery Orlando López Sanabria, ‘Magdaleno Meza’, conocido y extinto traficante de drogas, cambió el rumbo de su vida. En una entrevista en 2019, Bandy habló desde la prisión de mujeres en la que se encontraba, relatando los peligros que ella y su esposo enfrentaban.
“Sabía que lo iban a matar. Me pidió que hablara si algo le sucedía”, recordó, con una mezcla de temor y determinación.
El asesinato de Magdaleno Meza en 2019, dentro de una prisión de máxima seguridad: acribillado por supuestos miembros de una organización criminal; a él le fueron decomisados registros contables utilizados en investigaciones que implicaban a figuras de alto rango en Honduras.

Magdaleno Meza y su esposa: Una vida marcada por secretos
Bandy y López comenzaron su relación en 2009. Ella, una joven viuda, y él, un vendedor de autos que rápidamente ascendió en el mundo del narcotráfico. Incluso se les vinculó con personajes influyentes, como Juan Antonio “Tony” Hernández, hermano del expresidente Juan Orlando Hernández.
En los años siguientes, López y Bandy amasaron dinero, pero al mismo tiempo atrajeron la atención de las autoridades.
El giro decisivo llegó en 2018, cuando fueron capturados tras un operativo policial. En sus vehículos se encontraron armas, granadas y los famosos libros de contabilidad vinculando a importantes figuras políticas con el narcotráfico. Estos documentos se convirtieron en pruebas clave en juicios internacionales, generando una ola de represalias.
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López intentó fingir su muerte para escapar de la justicia, cambiando su nombre e incluso apariencia. Sin embargo, su intento fue frustrado y finalmente fue requerido. Su asesinato en prisión dejaría a Bandy como la única testigo capaz de interpretar los registros que habían sellado su destino.
Ella estuvo en la cárcel, logró salir tras una modificación que funcionó a su favor, no obstante, no pudo escapar, pues tenía constantes cambios de teléfono y dirección, con anhelos de salir de Honduras.
Una breve compra en una panadería fue el final de su vida: ultimada por sujetos encapuchados haciéndose pasar por policías en San Pedro Sula.

El pasado de Bandy estuvo plagado de tragedias. Su primer esposo fue secuestrado y asesinado, un crimen nunca resuelto. A pesar de su origen en una familia acomodada, el poder y las conexiones de López la sumergieron en un mundo del que no pudo escapar.
*Con información de Insight Crime.