Las morgues en los estados de la frontera sur de Estados Unidos tanto de Arizona y Texas, se encuentran saturadas y no se dan abasto para procesar y almacenar los cuerpos de migrantes indocumentados que han muerto en el camino hacia el “sueño americano”.
A diario se reporta a las autoridades de la Patrulla Fronteriza, el hallazgo de migrantes en la ruta migratoria, dentro de propiedad privada e incluso ahogados en el Río Bravo.Una de las zonas más peligrosas es Eagle Pass, porque muchos perecen al tratar de cruzar el río, que pertenece al condado de Maverick.
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Existe un denominador por parte de las autoridades es Jane Doe o John Doe, un alias utilizado para las personas que no portan documentos de identificación, su cadáver es trasladado a la Oficina del Médico Forense del Condado de Webb, para exámenes e identificación por parte de familiares a través de las autoridades consulares de la nacionalidad que corresponda por medio de fotografías.
Cabe mencionar que , la morgue del condado Webb, no se da abasto procesando los cuerpos de migrantes que constantemente llegan de su frontera y condados vecinos. Como referencia de enero pasado y hasta finales de septiembre de 2022, en ese condado se registraron 218 migrantes fallecidos, superando los 196 fallecimientos de 2021.
Debido al aumento en los fallecimientos, las autoridades de la morgue del condado realizaron la compra de cinco refrigeradores portátiles, que ya se encuentran casi a su capacidad, para cubrir la demanda de espacio para almacenar los cuerpos. Cada uno tiene una capacidad para almacenar a 80 cuerpos de migrantes ubicados, en el que uno de ellos ya se encuentra a su máxima capacidad.
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La situación de las morgues en los condados fronterizos de Arizona no es diferente. De acuerdo con cifras del grupo Fronteras Compasivas, de enero pasado hasta finales de agosto un total de 126 migrantes indocumentados han muerto en la frontera de ese estado.
Gran parte de los fallecidos llegan a la morgue del condado de Pima, el frío de los congeladores y el penetrante olor de la muerte, reciben a quienes cruzan la gigantesca puerta metálica de la cámara donde se guardan.
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La dimensión de la tragedia se refleja en las docenas de bolsas de color blanco, todas acomodadas dentro de los refrigeradores, identificadas solamente con una tarjeta de color anaranjado. Cada tarjeta muestra varios números que indican la fecha en que el cuerpo fue encontrado, las coordenadas del lugar y si corresponde a un hombre o una mujer encontrada.
La gran mayoría de los cuerpos sólo tienen una nota con una palabra en común: “Desconocido”.
Comunicadora, fellow en IWMF y audiencias en UT Austin.
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