KHADIJAT ARINOLA AGUNBIYI es una mujer nigeriana parte de la comunidad musulmana Ahmaddiyya, ella en una entrevista para Once Noticias expuso su testimonio de vida y su percepción sobre los derechos y responsabilidades de las mujeres dentro de esta religión.
Tuvo que dejar su natal Nigeria porque sus hijos estaban creciendo y no había oportunidades para educarlos allá, así que cuando salieron de secundaria junto a su esposo decidieron migrar a los Estados Unidos.
Sus abuelos le mostraron las enseñanzas del islam, ya que ellos se unieron desde 1960 a través de unos misioneros y apoyaron en la fundación de escuelas en la zona donde ella vivía en África.
Consultamos sobre el derecho de acceso al estudio dentro de la comunidad musulmana y desde su punto de vista es un prejuicio decir que las mujeres no pueden formarse al menos siendo Ahmadis, para ella es muy importante obtener títulos porque una mujer educada puede formar mejores hijos y el mundo sería mejor, ese es el islam desde su punto de vista.
Para Khadijat las mujeres no están siendo reprimidas, menciona que según sus reglas deben buscar el conocimiento, incluso si tienen que ir a China para hacerlo.
Ella es doctora especialista en medicina interna con más de 37 años de experiencia y también tiene una orientación en hospitales. Es apasionada por curar personas y eso le da felicidad, no el dinero que pueda producir, ella ha orado por eso porque creció en un apartamento de una habitación con 6 hermanos y ambos padres.
Tiene 35 años felizmente casada y explica que a pesar de que su esposo tiene la posibilidad de unirse en matrimonio con otras 3 mujeres y el islam lo permite, ambos entienden que no se trata de solo tenerlas y que quizá hay circunstancias como para ayudar a una viuda, solo por protegerla económicamente, no para convivir. Aunque sí alguien lo hace debe mantener 4 viviendas bajo las mismas condiciones y los hijos de los 4 matrimonios también deben gozar de igualdad, si uno va a Oxford (universidad), todos deben ir a Oxford, tendrías que ser extremadamente rico.
Sobre su relación ambos se complementan en derechos y responsabilidades así que han acordado mantenerse juntos solo los dos. El marido está mandado a proveer y la mujer puede hacer lo que quiera con su dinero en base a este testimonio.
Las normas son claras, admira de su esposo que pone a su familia primero y asegura que ella lo eligió para casarse, él vivía en Bulgaria y llegó a verla para conocerse en áfrica. Sus hijos decidieron voluntariamente también ser Ahmadis.
Khadijat acepta haber sido discriminada por religión y raza, dice que a veces recibe odio, pero ella elige darles a las otras personas servicios y buenos sentimientos. No les permite decir cosas negativas sobre su persona. Una mujer segura de sí misma es difícil de quebrantar.
Comunicadora, fellow en IWMF y audiencias en UT Austin.
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