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Obispa que desafió a Trump por los migrantes aprendió español en Honduras ¿de quién se trata?

Mariann Edgar Budde, obispa de Washington, conocida por su activismo en defensa de los derechos humanos, especialmente de los migrantes.

Su lucha por una política migratoria más compasiva y justa la llevó a desafiar abiertamente las severas políticas de Donald Trump. Sin embargo, pocos saben que su compromiso con los migrantes comenzó mucho antes de llegar a la arena política estadounidense, en un pequeño país centroamericano: Honduras.

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Cuando Budde llegó a Honduras como misionera, desconocía que esa experiencia cambiaría su vida para siempre. No solo aprendería el idioma español, sino que también sería testigo del sufrimiento de miles de personas que, como ella, provenían de lugares lejanos en busca de una vida mejor.

Esta vivencia marcó profundamente su visión sobre la migración, pues fue allí donde comenzó a comprender las realidades difíciles que enfrentan aquellos que buscan refugio en otros países.

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Décadas después, como obispa, Budde llevaría ese aprendizaje a las altas esferas de la política estadounidense y durante la misa de investidura en la Catedral Nacional de Washington, Budde utilizó su sermón para lanzar un mensaje directo a las autoridades del país, exigiendo que tuvieran «misericordia de los migrantes y de la comunidad LGBTQ+», quienes, según ella, viven constantemente con el temor de un futuro incierto debido a las políticas migratorias de la administración Trump.

La repercusión de su sermón fue inmediata. Mientras los medios difundían sus palabras, la Iglesia Episcopal reafirmó su postura en favor de los migrantes, subrayando que la fe cristiana está fundamentada en relatos de exilio y búsqueda de refugio.

«Como creyentes, debemos estar del lado de quienes huyen de la opresión», afirmó Budde, dejando claro que su mensaje va más allá de la política y resalta principios fundamentales de compasión y justicia.

Sin duda alguna, su liderazgo abarca 86 congregaciones y 10 escuelas, desde el corazón del Distrito de Columbia hasta los condados de Maryland. Pero para ella, el verdadero impacto de su trabajo no se mide en números, sino en vidas transformadas.