Para el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el encarcelamiento, y en particular la detención y deportación de migrantes, se ha convertido en un negocio multimillonario; a diferencia de muchos países donde el sistema penitenciario está bajo control estatal, según la BBC.

De acuerdo con el medio, empresas privadas controlan gran parte de los centros de detención de migrantes y la deportación, y con el regreso de Donald Trump a la presidencia en enero de 2025, estas compañías han visto dispararse sus ganancias.

Según el plan del presidente de Estados Unidos de deportar masivamente a migrantes indocumentados, ha revivido el interés de grandes inversionistas en las empresas GEO Group y CoreCivic; las dos principales compañías carcelarias del país están en el centro de este lucrativo sistema.

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La deportación: un negocio enriquecedor

Según BBC, ambas empresas reportaron ingresos de más de 2.000 millones de dólares cada una en 2024 y proyectan un crecimiento aún mayor con la nueva administración republicana.

Así mismo, presuntamente estas empresas operan bajo contratos financiados con dinero público a través del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), agencia dependiente del Departamento de Seguridad Nacional.

Por otro lado, el crecimiento del negocio carcelario privado ha generado fuertes críticas por parte de organizaciones de derechos humanos. Activistas denuncian condiciones inhumanas, atención médica deficiente y falta de supervisión real en muchos de estos centros. Además, alertan sobre los vínculos de estas empresas con campañas políticas que buscan endurecer las leyes migratorias.

Mientras tanto, la Casa Blanca presiona al Congreso para obtener más fondos y contratos que podrían alcanzar los 45.000 millones de dólares en los próximos dos años; el debate sobre el uso de centros privados en la política migratoria estadounidense vuelve a encenderse.

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Deportaciones masivas en Estados Unidos

Desde que Trump asumió la presidencia en enero de 2025, su gobierno ha deportado aproximadamente 139,000 personas, según informes recientes. Aunque la administración se ha fijado la meta de deportar un millón de inmigrantes en un año, las proyecciones actuales indican que, al ritmo actual, las deportaciones apenas alcanzarían 212,000, cifra inferior a las 271,000 del año anterior.