A más de 10 meses desde la desaparición de la jovencita Angie Peña, que fue vista por última vez a bordo de una jetski en Roatán, departamento de Islas de la Bahía, continúan las investigaciones para conocer sobre su paradero.
Conforme a las pesquisas que han realizado a la fecha, una de las líneas más fuertes es que Peña pudo haber sido vigilada por traficantes de niñas y mujeres que operan en esa zona insular.
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Lo revelado a medio de comunicación local, es que dentro del mismo análisis han visto ciertas limitantes, debido a los involucrados -que van desde hondureños, latinoamericanos y hasta originarios de otros continentes- burlan a la justicia; esto logrado mediante pago de sobornos y amenazas a cualquier tipo de autoridad.
Hasta el momento, hay un norteamericano que guarda prisión preventiva identificado como Gary Lee Johnston tras ser capturado en agosto e investigado también, según la viceministra de seguridad Julissa Villanueva, al caso de la fémina Angie Peña.
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Dentro de esta red, han vinculado a más de una veintena de personas, así como lugares clave donde pudo haber estado Peña como víctima de un rapto: sótanos de viviendas y hoteles. Asimismo, han ubicado ciertos vehículos que serían utilizados para trasladarla desde la zona donde ocurrió el último avistamiento de la joven a un rumbo aún desconocido.
Sospechosos en el caso de Peña serían varios dueños de negocios reconocidos en la isla de Roatán.
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