Un misterioso virus está matando en África. La viruela de los monos es una enfermedad poco común que está causando estragos en el Congo y que podría extenderse por el mundo.
¿Qué es la viruela del mono? [jwplayer lBaHM7Gi]
Un equipo de científicos estadounidenses llegó al corazón de la selva del Congo, en África, para estudiar a la población de una pequeña villa donde se detectó la presencia de una amenaza latente para el mundo: la viruela del mono.
Los miembros del Centro de Control de Enfermedades y prevención buscan terminar con un misterio que lleva décadas.
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Esta enfermedad, prima de la fatal viruela, se propaga mediante el contacto entre el hombre y los animales, pero luego puede ser transmitida entre las personas. Sus síntomas más notorios son la fiebre y una erupción en la piel que luego queda como dolorosas heridas.
Según los pacientes tratados, es como tener quemaduras de cigarrillo por todo el cuerpo. Su mortalidad es alarmante: mata a 1 de cada 10 pacientes.
Manfouete, la villa donde trabaja el equipo norteamericano, tiene 1.600 habitantes, sin electricidad ni agua corriente. Los investigadores tuvieron que navegar durante seis horas por un estrecho río para poder llegar a esta zona, que todavía es afectada por enfermedades como el ébola o la lepra.
Desde el año pasado, los casos detectados de la viruela del mono están en aumento. Pacientes han sido tratados en Liberia, Sierra Leona, República Centroafricana y Nigeria.
Algunos se infectaron cuidando a algún familiar. Otros, en contacto con animales, ya sea durante la caza o en la cocina.
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Pese a su nombre, el mal es contagiado principalmente a través de roedores. Por ello, los científicos llevaron una multitud de trampas para atrapar a ratones y ardillas y poder estudiarlos.
El objetivo es determinar qué animales son los que más portan el virus, para saber si suelen estar en árboles o en la tierra, si son diurnos o nocturnos. Todo dato es bienvenido para planear la estrategia de exterminio.
«La ecología es más complicada que la ciencia espacial», apunta el biólogo Jeff Doty. En un buen día capturan cerca de 13 roedores. Quieren llegar a 250.
A todos los animales se les saca una muestra de sangre y se registra su sexo, edad aproximada, medidas y estado de salud. Un GPS adherido permitirá conocer los hábitos de aquellos que den positivo, para llegar a su madriguera.
Luego de 10 días, el equipo reunió muestras de 105 animales de diferentes especies, incluidos un murciélago y un puercoespín.
Si llegasen a encontrar un caso positivo, intentarán replicar el virus en el laboratorio para trazar la secuencia de los genes y tener una imagen más completa de la cepa. Este proceso puede tardar meses.
Los científicos luchan por descifrar el mortal virus antes que se expanda por todo el mundo.
Fuente: The Washington Post
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