Esta ciudad, que es de las más antiguas en Honduras, aún hoy, tiene la capacidad de atraer, sorprender y convencer a propios y extraños, inesperados hallazgos coloniales obtenidos esta semana vienen a enriquecer aún más sus atractivos.
Cristóbal Colón desembarcó en Trujillo el 14 de agosto de 1502, durante su cuarto y último viaje a América Central. Colón llamó a este lugar Punta de Caxinas (hoy Punta Castilla). No obstante la historia de este paradisíaco lugar comienza con reconocidos nombre de la primitiva historia colonial en América, como Hernán Cortés, Francisco de las Casas y Cristóbal de Olid.
En una ocasión permanecía Cortés en Trujillo, cuando desde aquí envió barcos a las islas que hoy se conocen como Jamaica y Cuba, con la intención de utilizarlas en la producción de semillas y animales domésticos. En los siguientes años, Trujillo se convirtió en un importante punto de embarque de oro y plata que se extraían en el interior del país.
Las cercanías de Trujillo eran habitadas por varios grupos, entre ellos los Chapagua y los Papayeca. El grupo Papayeca resitió y se enfrentó a los conquistadores españoles, una vez vencidos los rebeldes indígenas, Trujillo fue declarado como el puerto más importante de Honduras, desde donde partían y llegaban mercancías de la península hasta la Nueva España.
Lea También: JOYA NATURAL ES: Trujillo, más de un motivo para visitarloMedio siglo más tarde se dispuso la construcción de la Fortaleza de Santa Bárbara sobre una colina desde donde se divisa toda la bahía; la estratégica ubicación de esta bahía con su puerto hicieron de Trujillo un lugar muy codiciado por los piratas, justamente la reunión más grande de piratas se realizó en las cercanías de esta bahía en 1683.
La historia bélica de Trujillo cuenta de ataque de piratas ingleses, holandeses, norteamericanos, incluso independentistas de la Gran Colombia. El último ataque registrado hacia Trujillo data de 1860, cuando el pirata William Walker cayó ejecutado en este poblado y su tumba resulta un atractivo en si mismo.
Aledaño al antiguo cementerio (colonial) se yergue imponente la Fortaleza de Santa Bárbara, con sus cañones todavía apuntando hacia el horizonte sobre la bahía, como a la espera de fantasmales piratas que una vez la asediaron.
No obstante el paso del tiempo, todavía hoy, Trujillo continúa siendo un atractivo; pero ya no para piratas, sino para turistas. Y por la diversidad de atractivos que ofrece, cada quien parte con su propio botín cargado de felicidad, con la idea fija que un día regresarán.
Lo más reciente es el hallazgo de armas que datan de la época colonial, que como en la mayoría de estos descubrimientos, sucedió “por casualidad”, en las proximidades del muro perimetral de la fortaleza, al momento de realizar trabajos de restauración a esta joya arquitectónica colonial.
La riqueza histórica encontrada consiste en: 16 arcabuces, un grillete, un candado y tres balas, este hallazgo, que es el primero en mucho tiempo, viene a renovar los atractivos históricos de Trujillo.
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