Alma Cleotilde Grand Pérez, conocida como “La Bruja Cleo”, se ha convertido en un sombrío símbolo de la criminalidad en Honduras.
Originaria de French Harbor, Roatán, «La Bruja Cleo«, condenada por ultimar y desmembrar a más de una docena de hombres, vendiendo la carne de sus víctimas como parte de su negocio de comida.
Desde su niñez, Cleo estuvo marcada por el dolor y el abuso. Su padre la sometió a abuso, mientras que su madre la abandonó junto a sus hermanos.
Lea También: GALERÍA| ¡TERRORÍFICO! conoce la historia de “La Bruja Cleo”, primera asesina en serie de HondurasPrimer crimen de «La Bruja Cleo»:

A la temprana edad de nueve años, sus padres la vendieron en cuatro ocasiones, aunque siempre lograba regresar a casa.
Esta tumultuosa infancia la llevó a desarrollar un profundo resentimiento hacia los hombres, lo que culminó en su primer crimen: el de su pareja, quien le había transmitido el VIH.
Cleo, dotada de un carisma que atraía tanto a hombres locales como a turistas, utilizaba su negocio de comida para atraer a sus víctimas.
Una vez que lograba ganarse su confianza, los atacaba de manera sorpresiva, empleando métodos violentos que incluían envenenamiento y armas blancas.
Tras un tiempo viviendo en Tegucigalpa, estableció un consultorio de brujería donde continuó con sus macabros crímenes, vendiendo carne asada y nacatamales a desprevenidos clientes.
Investigaciones del caso:

Los investigadores sugieren que su comportamiento violento podría estar motivado por una mezcla de traumas psicológicos y un posible trastorno mental.
Se rumoreaba que sus crímenes formaban parte de rituales ocultistas.
La notoriedad de Cleo atrajo a muchos en busca de “ayuda” en su consultorio, a pesar de las inquietantes condiciones que lo rodeaban.
Lea También: Muere “La Bruja Cleo”, primera asesina en serie en HondurasLa investigación sobre sus crímenes comenzó tras la desaparición de un hombre guatemalteco, lo que llevó a la policía a infiltrarse en su entorno.
En 1998, a Cleo la arrestaron tras el hallazgo de los cuerpos de José Cabrera y Tiburcio López en su residencia, lo que la llevó a un condena a 70 años de prisión.
Sin embargo, su vida tras las rejas fue igualmente sombría. Cleo falleció el 10 de noviembre de 2021, a los 63 años, en el Hospital Escuela de Tegucigalpa, tras sufrir múltiples problemas de salud.

Durante su tiempo en prisión, denunció condiciones inhumanas y falta de atención médica, lo que generó controversia sobre el trato a los reos en el país.
A pesar de catalogársele como la primera homicida en serie de Honduras y de haber dominado las portadas de medios en su momento, la historia de “La Bruja Cleo” ha quedado relegada al olvido, recordando así una de las páginas más oscuras de la criminalidad en la nación centroamericana.