La capital siria de Damasco y los suburbios que la rodean retomados por el gobierno de Bashar al-Assad y están completamente libres de combatientes rebeldes por primera vez en siete años, informaron este lunes fuentes oficiales del gobierno medioriental.
«El Comando General del Ejército y las Fuerzas Armadas de Siria anunciaron zonas completamente seguras en Damasco después de la purificación completa de al-Hajar al-Aswad y el campo de terrorismo de al-Yarmouk», dice el comunicado.
El logro se dio cuando los últimos combatientes del Estado Islámico llegaron a un acuerdo con el gobierno el fin de semana para abandonar el campo de refugiados palestinos de Yarmuk y la vecina ciudad de Hajar al-Aswad y dirigirse a uno de los últimos bastiones del grupo militante en el este de Siria.
Su retirada, confirmada por el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, puso fin a semanas de enfrentamientos que redujeron la ciudad a humo y escombros polvorientos.
La televisión estatal siria transmitió escenas de celebración entre las tropas gubernamentales que ingresaban al lugar. Los soldados dispararon al aire y ondearon banderas sirias mientras los residentes observaban y los autobuses con cortinas negras en sus ventanas se llevaron al último de los 1.600 combatientes del Estado Islámico que habían estado en el campamento.
El presidente de Siria, Bashar al-Assad, perdió el control de grandes secciones del país en los primeros años de la guerra, que comenzó en 2011, y parecía encaminado a la derrota antes de que Rusia interviniera en su nombre en 2015. La combinación del poder aéreo ruso y el iraní cambiaron la situación, lo que llevó a la declaración de hoy.
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