Educación Nacionales

Se gradúa primer ingeniero no vidente en el país

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Esta semana se garduó David Campos Ingeniero en Computación graduado del Tecnológico de Costa Rica (TEC), un hecho de por sí destacables, pero una circunstancia de su vida lo hace un hecho por demás extraordinarios, es no vidente, lo que lo convierte en el primero en Costa Rica en garduarse en Ingeniería con esta condición.

Este joven oriundo de las Musas de San Ramón de Alajuela, hijo de agricultores y el quinto de siete hermanos subió al escenario acompañado por su padre, Rodrigo Campos de 67 años. Todo ello mientras se declaraban las siguientes palabras:

«Él abre el camino para que otras personas con su condición y que sueñan con ser ingeniero lo consigan. Además, en su paso por nuestra comunidad se le agradece haber impulsado a que el TEC sea una institución más inclusiva y accesible».

La pasión de David por la tecnología inició a los 10 años, cuando tras recibir clases de computación pidió a sus padres una computadora portátil para ir a la escuela. Según relata, la regleta y la máquina braille eran muy pesadas para un niño de tercer grado.

“Ese mismo día nos fuimos para San José. No teníamos mucho presupuesto y en una venta de computadoras usadas conseguimos una. Claro, cuando llegué al aula era la novedad, mis compañeros hacían rueda”, señaló entre risas.

Su pequeña computadora o su tercer brazo como David lo describe se convertiría en su pasión. Y es así como al terminar el colegio decide entrar al TEC.

«Cuándo entré a la Universidad algunas personas ciegas me decían `¿Cómo va a ser ingeniero? Antes que usted otros ciegos ya lo han intentado y no lo han logrado. La carrera es inaccesible. Pero, no los escuchaba. Yo quería volar», relata.

Hoy, David trabaja en el Tecnológico de Costa Rica creando programas especiales que ayuden a otras personas en su condición.

– ¿Le podrías dar un consejo a las personas que le están leyendo?

«Atrévanse a soñar. No se dejen llevar por prejuicios o por lo que las personas dicen. Yo he pasado momento muy duros, pero todos valieron la pena. Solo quiero decirles que crean, porque aunque no puedas ver, sí se puede volar», puntualizó.

Junto a David se graduaron 547 personas. Las graduaciones se llevaron a cabo durante dos días en cuatro actos de graduación. Todas ellas, en el auditorio del Centro de las Artes en la sede central del TEC.

«Mi sueño de niño era ser piloto de aviación. Recuerdo que solía buscar tablas y clavos para construir mis propios aviones. Nunca había visto uno, pero los construía a como yo me los imaginaba. Por supuesto, en esa época no tenía muy claro que implicaba ser ciego, pero yo quería volar», dijo David al finalizar.

 

 

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