Familiares y rescatistas buscan desesperadamente a sus familiares.
Este domingo a través de escombros repletos de barro Familiares, equipos de rescate y voluntarios buscan desesperadamente a las víctimas de inundaciones y deslizamientos de tierra en Colombia que han matado al menos a 210 personas, herido a cientos y devastado vecindarios enteros.
Varios ríos estallaron en sus orillas cerca de la ciudad suroccidental de Mocoa en las primeras horas del sábado, enviando agua, barro y escombros chocando por las calles y las casas mientras la gente dormía.
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Funcionarios de la cercana localidad de Villagarzon dijeron que no tenían almacenamiento para cuerpos recuperados y pidieron ayuda gubernamental.
Muchas familias en Mocoa se quedaron a lo largo de la noche para buscar en los escombros, a pesar de la falta de electricidad en la ciudad.
«Necesito saber dónde están, si están lesionados o dónde encontrarlos»,
sollozó Maria Lilia Tisoy, de 37 años, buscando a sus dos hijas, una embarazada, y una nieta de 4 años en los escombros.
«Si están muertos, por favor, Dios me los entregue.»
La ciudad no tiene ataúdes o almacenamiento sanitario, dijo.
Funcionarios de desastres dijeron que 600 personas se alojaban en viviendas de emergencia y que los servicios sociales habían ayudado a 10 niños perdidos a encontrar a sus padres.
El desastre se produjo en medio de condiciones meteorológicas extremas en toda la región, incluyendo inundaciones mortales en Perú y incendios forestales provocados por la sequía en Chile.
Las familias de los muertos recibirán alrededor de $ 6,400 en ayuda, dijo Santos. El gobierno cubrirá los costos de los hospitales y los funerales.
Incluso en un país donde las fuertes lluvias, un paisaje montañoso y la construcción informal de viviendas se combinan para hacer que el barro y los deslizamientos de tierra ocurran comúnmente, la escala del desastre de Mocoa fue desalentadora comparada con las tragedias recientes, incluyendo un deslizamiento de 2015 que mató a casi 100 personas en Antioquia.
El derrumbamiento más mortal de Colombia, el desastre de 1985 en Armero, dejó más de 20.000 muertos.
Santos instó a los colombianos a prepararse para las lluvias continuas y tomar las precauciones contra las inundaciones.
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