Trump ha buscado a toda costa erradicar el legado de Obama durante su mandato.
Entre las decisiones que ha querido cambiar Trump, van desde la política ambiental hasta las salud pública. Hace una semana el mandatario endureció la política de EE.UU hacia Cuba, tras la decisión de Obama de regular las relaciones bilaterales y terminar con medio siglo de hostilidades.
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Muchos analistas no están de acuerdo con el proceder de Donald Trump, tal como se lo explico a un medio internacional Joshua Sandman, un profesor de ciencia política de la Universidad de New Haven y especialista en comportamiento presidencial.
«Es extraordinario. La mayoría de los presidentes que asumen después de alguien de diferente partido o ideología son más sutiles, trabajan con el Congreso más cuidadosamente para tratar de revertir políticas. Trump lo está haciendo de una forma muy agresiva y cruda, y por eso no está construyendo el nivel de apoyo que necesita para hacer los cambios como los hizo (el expresidente Ronald Reagan)» , agrega Sandman.
Algunos de los cambios
En su primera jornada completa de trabajo en la Casa Blanca, Trump firmó una orden ejecutiva para sacar a EE.UU. del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, por sus siglas en inglés) que Obama había impulsado y firmado con otras 11 naciones, que juntas suman el 40% de la economía mundial.
El presidente Trump también logró que sus aliados en el Congreso revirtieran diversas reglas aprobadas por el gobierno de Obama en temas como aborto, control de armas, privacidad en internet o regulaciones medioambientales y financieras.
Para esto, recurrieron como nadie antes a un instrumento denominado Ley de Revisión del Congreso, que les permitía en los primeros meses de gobierno derogar disposiciones del presidente anterior. Sin embargo, los especialistas descartan que Trump haya conseguido aún eliminar algunos hitos del legado de Obama.
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Previo al anuncio del viernes pasado sobre Cuba, Trump anunció su decisión de retirar a EE.UU. del acuerdo climático de París para combatir el calentamiento global, al que Obama se había unido junto a la gran mayoría de los países del mundo.
Incluso en política migratoria, Trump dio más libertad a los agentes federales para detener y expulsar de EE.UU. a extranjeros indocumentados, pero es bastante discutible que ya le haya arrebatado el apodo de «deportador en jefe» que Obama recibió al expulsar del país a 2,5 millones de inmigrantes.
Los expertos analizan que para cambiar el rumbo de las políticas públicas de un país es necesario construir un respaldo firme en el Congreso y aprobar leyes. Basta ver las dificultades que el presidente ha tenido para que los republicanos se pongan de acuerdo en cómo sustituir el Obamacare, pese a que tienen mayoría en ambas cámaras.
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