El Estatus de Protección Temporal (TPS) está cerca de expirar y las organizaciones proinmigrantes solicitan que no solamente se renueve, sino que adquiera carácter de residencia legal en EEUU
El estatus que beneficia a inmigrantes de Honduras, El Salvador y Nicaragua, tiene su cuenta regresiva y ya organismos que luchan por la causa de ésta población piden al gobierno del presidente Donald Trump les otorgue residencia permanente.
«Nuestra esperanza, lo que nos gustaría ver es que el TPS se convierta en una residencia permanente», manifiesta Angélica Salas, directora ejecutiva de la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes de Los Ángeles (CHIRLA), a una reconocida agencia internacional de noticias.
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La fémina detalló que es preciso que Trump considere la situación de la mayoría de esta población que ha permanecido en ese país por más de 15 años y tomando en cuenta que las condiciones en los países de origen no han mejorado.
La activista mencionó que «en este momento, sin embargo, considerando la política tan nefasta y agresiva que hemos visto con respecto a la inmigración, lo primero es asegurar que el TPS siga en pie».
Salas hizo el llamado a los centroamericanos y otros involucrados para que hagan su petición directamente al secretario de Estado, Rex Tillerson», para asegurar que el beneficio se mantenga.
Desde el punto legal, el TPS no solamente ofrece un permiso de trabajo sino que suspende las órdenes de deportación de los beneficiarios.
DATO:
Se calcula que cerca de 60.000 hondureños y unos 195.000 salvadoreños tienen su TPS vigente.
El TPS vence el próximo 9 de marzo de 2018 y los permisos de trabajo expiran el 9 de septiembre de este año.
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