Golfo de Fonseca vulnerable a Maras
La llegada de pandilleros salvadoreños a la zona del Golfo de Fonseca ha provocado que se redoblen las acciones de seguridad por parte de autoridades hondureñas.
El portavoz de la Fuerza de Seguridad Nacional Interinstitucional (Fusina), teniente José Coello, dijo que los operativos se han intensificado por presencia de pandilleros salvadoreños en esa zona fronteriza.
El motivo es que hay información que pandilleros provenientes de El Salvador ingresan a Honduras debido a que están siendo capturados en su país, dijo el oficial a periodistas.
“Es una información que ya está al tanto los comandantes de Fusina, los cuerpos operativos están diseminados en el cuerpo terrestre tanto con Guatemala y Nicaragua están operando la Fuerza Maya-Chortí y Lenca-Sumpul”, explicó Coello.
El oficial indicó que están recibiendo apoyo de la Policía Internacional (Interpol), para dar captura a personas que procedan de otros países y asegurarse de que no cometerán delitos en nuestro país. “Lo que se ha manejado es que podrían estar ingresando en la frontera terrestre como en los departamentos de Valle”, apuntó.
El portavoz aseguró que en las fronteras y en las aduanas están solicitando documentación, datos personales e identidad al momento de ingresar a Honduras.
Llegan a Honduras y reclutan jóvenes
El periódico salvadoreño El Diario de Hoy informó que algunos miembros de la Mara Salvatrucha (MS13) huyeron de El Salvador y se asentaron en Honduras, mientras que miembros de Barrio 18 han sido detectados en Guatemala.
El informe cita varias fuentes anónimas, las cuales afirman que los líderes de las pandillas han huido a causa de un aumento de la persecución de las autoridades salvadoreñas.
Las pandillas y las fuerzas de seguridad se han estado enfrentando en una creciente ola de violentas replesalias, incluyendo atentados a estaciones de policía, campañas de asesinatos presuntamente dirigidas contra los oficiales, y escuadrones de la muerte paramilitares que estarían enfocados en los líderes de las pandillas.
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Algunos miembros de la MS13 también se trasladaron a un lejano pueblo en el departamento de Lempira, al occidente de Honduras (Guarita), donde estarían reclutando jóvenes y traficando drogas y armas en canoas a través de la frontera.
El medio cita a un habitante del lugar que dijo que los pandilleros obligaron a las familias de la región a alojarlos y que otros mareros han construido sus propias casas allí.
En respuesta, un portavoz de la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (FUSINA) de Honduras dijo que se están implementando operativos de seguridad fronteriza en la región afectada.
Por qué se vienen para Honduras
Desde finales del año pasado, El Salvador y Guatemala determinaron declarar una guerra sin cuartel contra las maras, lo que preocupa a la población y a las mismas autoridades hondureñas de que puedan emigrar al territorio nacional.
Entre las medidas de seguridad implementadas en el vecino país se detallan los traslados de reos, un régimen especial de internamiento, aislamiento de cabecillas, la suspensión de visitas a todo el sistema penitenciario y restringir el movimiento de reos, entre otros.
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En El Salvador, esos grupos fueron elevados a terrorismo y se decretó una masiva operación de choque antipandillas, la que se puso en ejecución.
En Guatemala se intensificaron las operaciones antipandillas, que hasta el sábado 7 del presente mes las capturas de pandilleros se habían elevado a 80, según las publicaciones de medios de comunicación del vecino país.
Análisis de InSight Crime
Han existido indicios de que las pandillas de El Salvador están buscando un respiro de la agitada situación de seguridad en el país, o al menos eso es lo que han mostrado en sus declaraciones públicas recientes. Si bien las pandillas mostraron un tono más agresivo en una declaración realizada en enero, un comunicado de prensa más reciente, que también fue atribuido a éstas, habla sobre el “arrepentimiento y solicitud de perdón a la sociedad por todo el daño causado.”
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Sin embargo, el gobierno salvadoreño no ha mostrado señales de que pretenda abandonar sus políticas de mano dura, por lo que no es de extrañar que algunos pandilleros busquen establecerse en Guatemala u Honduras.
Desafortunadamente para los vecinos de El Salvador, este es un ejemplo clásico del “efecto cucaracha”, según el cual los grupos criminales que enfrentan una gran presión en un área específica se desplazan a otros lugares que no presentan la misma resistencia. Si bien las autoridades hondureñas se han comprometido a reforzar la seguridad fronteriza —y ya han dado la orden de proteger las demás fronteras— será un gran desafío extender el poco control estatal hacia las aisladas zonas rurales del país cercanas a El Salvador.
¿Usted qué opina?