El confinamiento y la crisis sanitaria provocada por la COVID-19 ha desencadenado un deterioro en la salud mental de la humanidad, pero sin duda, los más afectados son los pequeños del hogar.
Cambiar de rutina de manera drástica en un abrir y cerrar de ojos ha provocado factores negativos en la salud emocional de los niños.
Clases en el hogar
Uno de los grandes cambios, fue dejar de asistir a las aulas de clases y recibir el conocimiento de manera virtual.
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“La obligación de hacer tareas, estudiar y jugar, todas estas actividades en un mismo entorno que en este caso es el hogar, desencadena, estrés y ansiedad”, explicó una experta en psicología.
No convivir con sus maestros y compañeros de escuela, también es el factor principal de la tristeza e incertidumbre que los niños han sufrido durante los últimos meses.
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Por otro lado, también afecta el proceso de aprendizaje, ya que a muchos infantes se les dificulta prestar atención a las clases aun estando en las aulas, por lo que desarrollar esta actividad de manera virtual en sus hogares, dificulta la concentración.
Consejo para los padres
La profesional recomienda a los padres ser paciente con los infantes, y que se involucren en cada una de las actividades que desempeñan.
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Crear espacios creativos para que los pequeños se sientan más cómodos y acogidos a la hora de recibir sus clases virtuales.
Entre otras actividades, fuera del ambiente escolar, es recomendable, jugar, hacer ejercicio físico, y todo tipo de actividades recreativas que involucren a toda la familia.
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