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Padre Melo: “Berta era indomable e insobornable, estorbaba, por eso la mataron”

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“La recuerdo como una mujer tenaz y exigente en la lucha, terca como poca gente he conocido, incomodaba a quien fuera, pero al mismo tiempo dulce, nunca perdía la sonrisa”.


Para el sacerdote jesuita Ismael Moreno, director del Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación, Eric, reconocido a nivel internacional por el otorgamiento al premio Rafto 2015, sostiene que el gobierno de Honduras, detrás de sus palabras y de sus autoritarismos, no tiene sustento, necesita reivindicarse, y la mejor manera de hacerlo es recurrir al cinismo de decir que están investigando cuando en realidad sólo están desarrollando una única hipótesis.

“Hay una palabra que en estos días ha venido sonando de Berta y es indomable porque no se le podía controlar. No había precio que pudiese llegar a la altura de Cáceres, era insobornable, estorbaba”

sostiene el sacerdote Jesuita.

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Manifiesta que una persona a la que proclamamos mártir es aquella que antes de haber sido asesinada arriesgó su vida hasta el extremo, no se basó en cálculos, se salió de los moldes ordinarios de las prudencias y finalmente se jugó la vida por los demás, por lo que creía, y dio testimonio con su vida de que lo importante no era proteger su vida personal, sino proteger la vida y la dignidad de muchas personas, comunidades, grupos humanos oprimidos y derechos de los pueblos.

Comenta que fue ante todo víctima de un cruel asesinato, “una persona a la que vimos con su cuerpo destrozado, que sufrió en carne propia las heridas en su cuerpo, que padeció y sufrió los horrores de la muerte. Antes de confesarla mártir, esa persona fue horrorosamente asesinada. Vimos su cuerpo destrozado, en medio de un reguero de sangre, con su rostro descompuesto, con el rictus propio de una muerte ingrata. Ninguna confesión de martirio hace desaparecer la realidad cruenta de la muerte violenta”, agrega.

Expresa que una vez que hemos llorado y experimentado su ausencia, comenzamos el proceso de convertir las lágrimas en reconocimiento de su vida como entrega y como oblación, y hasta interiorizamos que esa persona fue asesinada por defender nuestra causa, que ella murió por nosotros. “Entonces balbucimos primero, hasta convertir en frases y testimonios del sentido que esa muerte tiene para nosotros. La derrota, frustración y fracaso, la muerte de una persona así, la comenzamos a experimentar como fuerza para nuestra andar. Así pasamos entonces a confesarla como mártir”.

¿Qué sensación y qué sentimientos le deja el asesinato de Berta Cáceres?

El Padre Melo manifiesta que: “Es una sensación muy profunda y es contradictoria, es profundamente de dolor, pero lo que yo resalto en estos días de tanta preocupación por lo que pueda pasar a muchas otras personas defensoras de los derechos humanos y de los pueblos indígenas, de los territorios y de los bienes naturales comunes. A mí lo que me queda, ya como recuento de estos días, es la trascendencia de este acontecimiento tan duro, mortal, sangriento de Bertita Cáceres”.

¿Cómo ve la reacción de la comunidad internacional?

“Hemos tenido la manifestación y las expresiones de repudio, de aliento, de solidaridad y también de exigencia por parte de la comunidad internacional y de las organizaciones de todo el mundo, como creo yo que hacía muchísimos años, pero muchos años, que no lo habíamos experimentado. Entonces uno se siente muy adolorido pero con un sentimiento de que estos hechos tan amargos y tan mortales son tan profundos y tan duramente conmovedores que han logrado impactar y estremecer al planeta entero, y Honduras de nuevo se convierte en el centro de atención tanto por el repudio del asesinato y también por la figura noble y tan vital de Berta Cáceres”.

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¿Quién era Berta Cáceres?

“Bueno, la recuerdo como una mujer tenaz y exigente en la lucha, terca como poca gente he conocido, incomodaba a quien fuera, pero al mismo tiempo dulce, nunca perdía la sonrisa. Y además tenía una capacidad tan profunda y al mismo tiempo de estar, con su sencillez, cerca de la gente y por otra parte ser tan fuerte y firme en su palabra contra aquellos que ella consideraba que amenazaban a las comunidades indígenas, a los diversos pueblos, a los territorios y a los bienes comunes de la naturaleza”.

¿Cuál es su valoración de la forma en que el Estado está llevando la investigación?

“Yo creo que el Estado, y particularmente el gobierno que lo representa, está manoseando, contaminando el caso de Berta Cáceres, y allí es donde, desde mi punto de vista, tiene que estar la primera gran exigencia y demanda de los diversos sectores que estamos repudiando el caso de Berta Cáceres, y es exigir una investigación a fondo, independiente y no contaminada por los intereses políticos y de los grupos fácticos que estuvieron atrás de las denuncias que a lo largo de varios años presentó y elevó Berta Cáceres, y muchas de esas denuncias eran de amenazas de muerte que ella advertía que le estaban haciendo”.

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