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A otra batalla campal por las reformas al Código Penal

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Los diputados se reunirán para discutir las reformas penales bajo un tenso ambiente

El pleno del Congreso Nacional se reunirá el próximo martes 21 de febrero para discutir e intentar aprobar la Ley de Fortalecimiento y Efectividad de la Política de Seguridad, que contiene reformas penales para combatir más duramente los delitos de la extorsión, las asociaciones ilícitas de maras y pandillas y otras formas de crimen organizado.

Dichas reformas han provocado toda una campaña de parte del poder Ejecutivo y de la directiva del Congreso, para presionar por todos los medios a los diputados de oposición para que apoyen la iniciativa.

No obstante, los congresistas que integran la Alianza Nacional de Oposición (Libre, Pac y Pinu), tienen sus reservas al respecto.

Aunque el presidente Juan Orlando Hernández, la Comisión Depuradora de la Policía y otros sectores afines al gobierno han pedido públicamente que no se politicen las reformas propuestas, lo cierto es que las mismas se han convertido a todas luces en un tema político, ya que la oposición considera que algunas de las reformas criminalizan la protesta.

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Joaquín Mejía, Doctor en Derechos Humanos y Derecho Internacional.

Bajo este contexto, el Doctor en Derechos Humanos y Derecho Internacional, Joaquín Mejía, señala que particularmente hay dos reformas que generan mucha preocupación: La inculpabilidad para funcionarios encargados de hacer cumplir la ley y el delito de terrorismo.

En cuanto a lo primero, se trata de la reforma del artículo 25 del Código Penal, mediante la cual se establece que no serán investigados, juzgados ni sancionados los policías, militares, servidores de seguridad del Estado u otra autoridad competente que “en el cumplimiento de su deber y en uso de sus armas u otro medio de defensa, cause lesiones o muerte a una persona”.

En otras palabras, afirma que “esta reforma significa que los agentes de seguridad del Estado tienen licencia para matar”.

En ese sentido, Mejía indica que Amnistía Internacional señaló en un comunicado público que esta reforma contraviene las obligaciones internacionales de Honduras en materia de investigación, enjuiciamiento y sanción de aquellos que incurran en el uso arbitrario o excesivo de la fuerza, y ejecuciones extrajudiciales.

Por su parte, señala que el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL) también planteó que esta “disposición es contraria a los estándares internacionales a los que Honduras se ha adherido y que reducen el uso de la fuerza a circunstancias específicas previstas por la ley. A su vez, permite que exista impunidad frente a posibles excesos de los agentes de seguridad”.

Asimismo, afirma que la Oficina en Honduras del Alto Comisionado de Naciones para los Derechos Humanos señaló que dicha reforma “puede impulsar un régimen de impunidad e inmunidad de facto entre los funcionarios que recurran o hayan recurrido al uso arbitrario, excesivo, no proporcional, y por ende ilícito, de la fuerza o de armas de fuego”.

Estas tres organizaciones internacionales coinciden en que esta reforma es contraria a los tratados de derechos humanos y si se aprueba, implicaría una violación del Estado hondureño a sus obligaciones internacionales en la materia.

En cuanto al terrorismo, la redacción propuesta permitiría aplicar este tipo penal a actos que el Estado considere como “alteraciones graves a la paz pública o que atemoricen o intimiden a la población”. Es decir, si una manifestación se entendiese como un acto de violencia con el objetivo de infundir miedo a la población, quienes sean parte de esta acción podrían ser detenidos, llevados a juicio y condenados con penas de 40 a 50 años de cárcel.

Al respecto, el doctor en derechos humanos considera que por mucho que los funcionarios digan que eso no es así, el problema es que la redacción es tan vaga y ambigua, que deja amplia discrecionalidad a policías, fiscales y jueces para aplicar la figura de terrorismo, así como hacen ahora con el delito de sedición a estudiantes universitarios que protestan.

La otra cara de la moneda

Por su parte, el diputado José Tomás Zambrano, presidente de la Comisión Especial Multipartidaria encargada de dictaminar la iniciativa enviada por el Poder Ejecutivo, explicó que luego de analizar el dictamen y las leyes a reformar, hay satisfacción en los cuerpos de seguridad sobre los alcances de las reformas y los cambios al recoger el espíritu, deseo y fortalecimiento en la lucha contra el flagelo de la extorsión y otros ilícitos.

Tomás Zambrano salió al paso de las declaraciones del jefe de la bancada de Libre, Manuel Zelaya, en el sentido de que las reformas son una licencia que se le da a los militares y policías para matar a la gente y además ratificó que no atenderán la convocatoria hecha por el Congreso Nacional, porque el Partido Nacional ya tiene los votos suyos y de los liberales para sacar adelante la reforma penal.

Es falso, dijo, que esté dando una licencia para matar a los policías o militares y eso quedó descartado, al igual que se deja de lado una reforma al artículo 25 del Código Penal porque ya existe una causa de justificación en el artículo 24, en el caso cuando un policía, un militar en ejercicio de su labor tiene algún inconveniente o deba usar la fuerza en un hecho, ya los tribunales determinan que se debe acreditar esa legítima defensa, explicó.

 

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