Once momentos clave que definieron el legado del Papa Francisco
A lo largo de más de una década, el Papa Francisco —primer pontífice latinoamericano— dejó una huella profunda en la Iglesia Católica. Su liderazgo estuvo marcado por una visión pastoral comprometida con los más vulnerables y el diálogo global.
El lunes 21 de abril, se informó a primeras horas sobre la muerte del Sumo Pontífice desatando un luto a nivel mundial, donde muchos lo recordaron por sus mensajes, encuentros y labor durante estuvo al frente en el Vaticano.
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Estos once momentos resumen los hitos más representativos de su pontificado:
Encuentro con Benedicto XVI (2013)
El 23 de marzo de 2013, solo diez días después de su elección, Francisco visitó a Benedicto XVI en Castel Gandolfo. Fue un momento sin precedentes: nunca antes un papa se había reunido públicamente con su predecesor vivo. El gesto, cargado de simbolismo, envió una señal de unidad en tiempos de cambio.
Francisco describió con afecto a Benedicto como un «abuelo sabio» y siempre resaltó la continuidad espiritual entre ambos. Pese a las diferencias de estilo y visión pastoral, la relación fue de respeto y apoyo mutuo. Hasta su fallecimiento en 2022, Ratzinger se mantuvo alejado de las polémicas y rechazó ser una figura de oposición.
Visita a Lampedusa (2013)
Su primer viaje como papa fue a la isla italiana de Lampedusa, puerta de entrada a Europa para miles de migrantes africanos. Allí, Francisco denunció la “globalización de la indiferencia” ante el drama humano en el Mediterráneo. La homilía, pronunciada frente a los restos de embarcaciones y con el mar como telón de fondo, marcó el tono social de su pontificado.
Este gesto posicionó a Francisco como un defensor de los derechos de los migrantes y refugiados. A lo largo de los años, reforzó su mensaje en múltiples foros, criticando la construcción de muros y las políticas migratorias restrictivas.
Canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II (2014)
El 27 de abril de 2014, Francisco canonizó a Juan XXIII y Juan Pablo II, dos papas que marcaron épocas muy distintas pero complementarias. La ceremonia, que reunió a millones de fieles en Roma, fue un acto de reconciliación entre corrientes progresistas y conservadoras dentro de la Iglesia.
Juan XXIII fue quien convocó el Concilio Vaticano II, mientras que Juan Pablo II llevó a la Iglesia a escenarios globales durante décadas. Con esta doble canonización, Francisco tendió puentes entre el espíritu reformador y el liderazgo carismático del siglo XX.
Discurso ante el Congreso de Estados Unidos (2015)
En septiembre de 2015, el Papa Francisco hizo historia al convertirse en el primer pontífice en dirigirse al Congreso de los Estados Unidos. Frente a una asamblea dividida entre demócratas y republicanos, habló de justicia social, migración, cambio climático y la responsabilidad política.
Apoyado en figuras clave de la historia estadounidense —Lincoln, Martin Luther King, Dorothy Day y Thomas Merton—, el Papa ofreció un mensaje transversal. Su intervención buscó inspirar a los legisladores a actuar con humanidad y conciencia, más allá de las líneas partidarias.
Jubileo de la Misericordia (2015-2016)
Francisco convocó un Año Santo extraordinario centrado en la misericordia, un eje esencial de su visión pastoral. Pero en lugar de iniciar el Jubileo en Roma, decidió abrir la primera Puerta Santa en Bangui, capital de la República Centroafricana, en plena guerra civil. Un gesto que desafió la tradición y llevó el foco espiritual al corazón del sufrimiento.
El Jubileo de la Misericordia fue también una oportunidad para promover una Iglesia más abierta, capaz de perdonar y acoger. Durante todo ese año, Francisco alentó a los fieles a buscar la reconciliación, y extendió el perdón incluso a situaciones tradicionalmente excluidas, como el aborto, dejando en claro que la misericordia debía prevalecer sobre el juicio.
Encuentro con el patriarca Kiril (2016)
En febrero de 2016, Francisco se reunió en La Habana con el patriarca Kiril de la Iglesia Ortodoxa Rusa. Fue la primera vez que los líderes de ambas iglesias se encontraban desde el Gran Cisma de 1054, un evento que separó por siglos a católicos y ortodoxos.
El encuentro fue visto como un paso histórico hacia el diálogo ecuménico. Ambos firmaron una declaración conjunta, en la que destacaron la necesidad de proteger a los cristianos perseguidos, especialmente en Medio Oriente. Sin embargo, años después, la guerra en Ucrania y el alineamiento de Kiril con el Kremlin enfriaron esa apertura, y Francisco criticó públicamente su postura belicista.
Acuerdo con China (2018)
Uno de los gestos diplomáticos más delicados del pontificado fue el acuerdo con el gobierno chino para el nombramiento de obispos. Firmado en 2018, buscaba reconciliar a la Iglesia “clandestina” leal al Vaticano y a la “oficial”, controlada por el Partido Comunista.
Aunque criticado por sectores conservadores y gobiernos occidentales, Francisco defendió el acuerdo como un paso necesario hacia el diálogo y la unidad de los católicos chinos. El pacto fue renovado en dos ocasiones, y su aplicación ha sido lenta y controvertida.
Lucha contra los abusos sexuales (2014-2023)
Francisco abordó con decisión una de las mayores crisis de credibilidad de la Iglesia: los abusos sexuales cometidos por miembros del clero. Su respuesta fue progresiva pero firme. En 2014 creó una comisión especial y en 2016 endureció las normas para la destitución de obispos negligentes.
En 2019 convocó a una cumbre mundial en el Vaticano sobre protección de menores, y posteriormente implementó reformas como la obligación de denunciar, la eliminación del secreto pontificio y la ampliación de los plazos para investigar los delitos. La expulsión del cardenal McCarrick marcó un antes y un después, y culminó con la promulgación definitiva del motu proprio Vos estis lux mundi en 2023.
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Oración en Plaza San Pedro durante la pandemia (2020)
El 27 de marzo de 2020, una imagen recorrió el mundo: el papa Francisco, solo, bajo la lluvia, rezando ante una Plaza de San Pedro vacía por la pandemia de Covid-19. Fue un momento de recogimiento global, en medio de una crisis que paralizó al planeta.
En su mensaje “Urbi et Orbi”, habló de la fragilidad compartida de la humanidad y cuestionó la indiferencia ante los más pobres y ante el sufrimiento del planeta. Aquella escena se convirtió en un ícono del dolor colectivo y la necesidad de solidaridad. Fue también una crítica profunda a un sistema global que, según Francisco, había perdido el rumbo.
Viaje a Irak (2021)
Francisco se convirtió en el primer papa en visitar Irak. En medio de estrictas medidas de seguridad y aún bajo el riesgo de la pandemia, recorrió las ciudades devastadas por el extremismo del Estado Islámico, y se reunió con el Gran Ayatolá Ali al-Sistani, líder del islam chií. Fue uno de los viajes más audaces y significativos de su papado.
Apertura del Jubileo 2025 en una cárcel
El 24 de diciembre de 2024, Francisco abrió la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro para dar inicio al Jubileo 2025. Pero el gesto más impactante llegó días después, cuando decidió abrir una segunda Puerta Santa en la cárcel de Rebibbia, en Roma.
“Quise que esta puerta estuviera aquí”, dijo a los internos. Con ese acto, reafirmó su visión de una Iglesia que no excluye y que lleva esperanza incluso a los lugares de dolor y marginalidad. Su mensaje fue claro: el perdón, la misericordia y la posibilidad de empezar de nuevo son para todos.