El expresidente Donald Trump asumirá un segundo periodo el 20 de enero del 2025, prometiendo deportaciones masivas de inmigrantes ilegales que viven en los Estados Unidos.
Si el también magnate inmobiliario cumple su promesa, el 2025 será el año de las deportaciones masivas de Donald Trump.
Cabe recordar que el exmandatario estadounidense arrasó en las elecciones generales de noviembre con la promesa de campaña virulenta de hacer la mayor deportación en la historia estadounidense.

Indocumentados
Oficialmente hay unos 11 millones de personas viviendo ilegalmente en ese país, pero Trump dice que son 25 millones, aunque nunca ha especificado cuántos planea deportar.
A pesar de las diversas advertencias de grupos de derechos humanos, oposición política o hasta economistas al adelantar el impacto que tendrá en la economía más poderosa del planeta. Donald Trump irá en serio empezando a gobernar.

En su primer periodo en la Casa Blanca (2017-2021), el millonario empresario adelantó la ley de separación de familias en la frontera, para disuadir las olas de inmigrantes que mayormente llegaban de Centroamérica.
Y aunque los números de deportaciones ponen al expresidente Obama delante de él, sus repatriaciones han sido más crueles y han mantenido a millones de inmigrantes con temor de salir de sus casas hasta para ir a trabajar.
Identificados
En una de las más recientes audiencias que se han realizado en el Congreso de Estados Unidos sobre el impacto que tendrá la política de Donald Trump sobre las deportaciones masivas, se han escuchado voces a favor y en contra.
Durante las audiencias, representantes demócratas y republicanos debatían sobre si esta nueva política migratoria será viable.

En ella, los partidarios de Trump adelantaban que ya contabilizan 60 mil inmigrantes con antecedentes penales y listos para las deportaciones.
Enumerando casos específicos en los que inmigrantes han cometido graves delitos como homicidio.
Polarización
De acuerdo a encuestas recientes realizadas por YouGov y que publicó la cadena noticiosa CBS, el 57% de la población apoya la que sería la mayor deportación de la historia, frente al 43% que la desaprueba.
Incluso aplauden a las personas designadas para llevar a cabo lo que podría ser la deportación masiva de indocumentados.
El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE,por sus siglas en inglés) fue precisamente el encargado de promover la política de separación de los niños de sus progenitores.
Según el presidente electo, se encargará de «todas las deportaciones de extranjeros ilegales» y ya ha proporcionado algunas indicaciones de las enseñanzas adquiridas que busca implementar.

Preparativos
Actualmente, en el caso hondureño, hay 260 mil connacionales con una orden de deportación, según datos proporcionados por ICE.
Los tres Centros de Atención al Migrante Retornado (CAMR) que hay en el país tienen capacidad para recibir a 400 repatriados a diario.
Actualmente, reciben 150 por vuelo y aterrizan dos aviones en al territorio nacional, pero eso podría incrementarse con Trump en el poder a un 17 por ciento más.
Sin embargo, la cúpula empresarial y diversos políticos han advertido que, de concretarse las promesas electorales de Trump, Honduras no está preparada para una gran cantidad de inmigrantes repatriados.
Se estima que hasta dos millones de hondureños radican en la nación del norte de manera legal o ilegal.
Gobierno
Por su parte, el gobierno hondureño en reiteradas ocasiones ha informado de acercamientos con las autoridades estadounidenses para buscar soluciones y recibir de la mejor manera a los inmigrantes.
Pero, la más reciente declaración de la presidenta Xiomara Castro, al advertir que en caso de una deportación masiva e injusta de hondureños, podría cerrar la base militar de Palmerola, ha puesto en el tapete del debate a nivel nacional e internacional la política exterior de la mandataria.
El Canciller de la República, Enrique Reina, salió al paso y aseguró que esto solo es más que una medida de la gobernante para proteger los derechos de los migrantes hondureños.
Mientras que el asesor presidencial José Manuel Zelaya destaca buenas relaciones con EE.UU., aunque expresa preocupación con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.
El también exmandatario hondureño (2006-2009) cuestiona que, si se ha tenido una buena relación con los estadounidenses, el nuevo gobernante debería arruinarla.
No obstante, aunque la administración de Xiomara Castro tenga su respaldo al anunciar estas medidas, la oposición política es de la idea que, de cerrar la Base Militar de Palmerola, primeramente, deberá pasar por el Congreso Nacional hondureño.
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Complicaciones
Mientras tanto, el proceso de deportaciones masivas de Donald Trump estaría repleto de trabas.
En el interior, las ciudades santuario —urbes que, conforme a regulaciones locales, no cooperan con el gobierno federal en cuestiones migratorias— y varios Estados gobernados por demócratas —encabezados por California, Illinois y Colorado— han comprometido ser plataformas de resistencia ante los planes de deportación a gran escala.

Asimismo, la sociedad civil, desde las entidades que defienden los derechos de los migrantes hasta las universidades, se está capacitando para cuestionar legalmente cada etapa del proceso.
Pero Donald Trump llegará con mayor poder al controlar las tres ramas, al menos en los dos primeros años de su presidencia.
El Partido Republicano controla ambas cámaras del Congreso, la pregunta siempre queda en el aire si se realizará o no.
A pesar de ello, el temor ha invadido a millones de inmigrantes y los abogados de migración no se dan abasto con preguntas o solicitudes de legalización.